salinas de oro - El Ayuntamiento de Salinas de Oro va poco a poco dando pasos para hacer realidad uno de sus proyectos estrella de los últimos años: un centro de baños lúdicos y terapéuticos que, -aprovechando su popular sal de manantial-, puede suponer una importante promoción en todos los sentidos para esta pequeña localidad de Tierra Estella de apenas 120 habitantes, según el censo.

En realidad, el Consistorio nunca ha dejado de trabajar en el proyecto, “una de las prioridades sin duda de la legislatura”, señala su alcalde, Francisco Javier Eraso Ázqueta. “Pero vamos avanzando poco a poco, más despacio de lo quisiéramos”, dice. De momento, ya ha salido a concurso la redacción del proyecto, junto con la dirección de obras, por un importe máximo de 17.500 euros (IVA excluido). Ese es solo uno de los pasos que se están dando con la ilusión de que la instalación sea una realidad incluso esta misma legislatura.

El año pasado se hizo una consulta a los vecinos y la gran mayoría apoyó pelear por este proyecto, para el que se han fijado en otros como el Salinar de Naval, llamado Mar Muerto del Somontano (Huesca) y para el que hará falta sobre todo financiación, que esperan conseguir a través de Teder y del propio Gobierno foral.

“Estamos ahora con la delimitación exacta de la parcela, orientaciones, metros... Tiene que ser en una zona comunal y hay que hacer algunas permutas y demás”, comenta Eraso. En principio se estimaba que harían falta unos 12.000 metros cuadrados en total en el paraje de Butzuandia, pero seguramente serán algunos menos, pudiendo ampliar en una segunda fase si la instalación fuese viable. “Lo ideal es que estuviera cerca del río y de la red vial, para no tener que invertir tanto en urbanización y accesos y reducir los costes”, agregaba Eraso. De hecho, ya hace un tiempo se colocó un puente de madera y un cartel informativo en lo que podría ser una entrada a la futura zona de baños, y se aprovecharía también la zona de arbolado donde se celebra el Día de la Sal en agosto.

En esa primera fase, -y así se refleja en el condicionado para el proyecto-, al margen de las piscinas de agua salada (de poca profundidad y algunas accesibles para personas con movilidad reducida), se incluye un pequeño edificio con una zona de recepción y de venta de productos, más servicios y duchas; y también un pequeño bar con zona de mesas. La idea es que pueda ser viable por sí mismo y que, además de atraer turismo, genere algún puesto de trabajo en el municipio.

“Creemos que puede ser un reclamo bonito para un pueblo pequeño como el nuestro. Tenemos una serie de recursos naturales, que son un bien muy preciado y que podemos aprovechar, y también tenemos una herramienta muy buena de promoción, como es la Asociación Turística Tierras de Iranzu”, resume el alcalde. “En definitiva, tenemos mucho que ganar y muy poco que perder”, sentencia.

Los materiales. Al ser una zona peculiar por la cantidad de sal en el agua, prestarán especial cuidado a los materiales utilizados. Así, por ejemplo, las piscinas tienen que ser con base de hormigón sin aditivos. No se ha especificado el número de piscinas, pero sí que tengan poca profundidad y sean accesibles. Otra prioridad es ser respetuosos con el entorno. Se han inspirado en el Salinar de Naval, en Huesca.

Presupuesto. En el condicionado ya se indica que el coste de la instalación no debe superar los 250.000 euros (IVA excluido). De momento se llama centro de baños lúdicos y terapéuticos, aunque no es definitivo. Si es sostenible y viable, en el futuro se podría hacer una segunda fase. “Sabemos que va a costar mucho, pero también vamos a trabajar mucho”, comenta el alcalde.

Consulta. El Ayuntamiento hizo una consulta a los vecinos y la gran mayoría apostó por este proyecto, que puede aportar muchos beneficios aprovechando los recursos naturales.