villava - Tres décadas de Atarrabiako Eguna y el encuentro con la fiesta, la cultura y el deporte de nuestra tierra respira más vivo que nunca. 33 años de celebración, cinco meses de preparativos y un programa que ha sabido innovar desde la tradición convierten el primer domingo de septiembre en una cita obligada de la agenda de verano para toda la Comarca. La sociedad local Etxebeltza se encarga de organizar una apretada agenda que arranca el jueves y culmina el domingo sacando lo mejor de la oferta cultural y folklórica que atesora la villa en apenas un kilómetro cuadrado.
“Queremos que esta fiesta sea un escaparate para músicos, artesanos, dantzaris, deportistas y demás creadoras de nuestra villa, y que lo que se crea en Atarrabia también lo podamos disfrutar en nuestro pueblo”, remarcan desde la organización. Prueba de este alarde cultural fueron los 73 puestos de artesanía y de oficios tradicionales. Pablo Astubillo, de Etxe Beltza, destaca la oportunidad que supone para los txikis poder conocer los oficios de trabajos antiguos, al fin y al cabo una forma de preservarlos, o la oportunidad de mostrar también por los productos ecológicos. El público asistente pudo conocer diferentes tallas de madera y forja, la artesanía de cuero, la fabricación de escobas o la elaboración de talos. Aunque quizá una de las mayores atracciones de la mañana fue el desafío de aizkolaris en diferentes modalidades, incluyendo el corte de coche con hacha. “Es un programa en el que se vuelca todo el pueblo. Comercios, colectivos, artesanos...”, admite Pablo. 12.000 euros es el coste del programa de los cuales el Ayuntamiento aporta la mitad.
Día grande y prueba de ella es la salida de la comparsa de gigantes y gaiteros, del grupo de zanpantzares o el de malabares. Y, en el frontón, partidos de pelota de la escuela del Beti Onak. Al mediodía, comida popular en la que participaron 250 personas. Y por la tarde, bailables en la plaza con la orquesta Tximeleta.
Tres grupos de danza, Mikelatxs, Idoskia y Paz de Ziganda dieron ritmo y color a la mañana, y los acordeones Jaialdi pusieron la banda sonora a la jornada.
cuatro jornadas El programa arrancó el jueves en Etxebeltza con una charla coloquio con Lucio Urtubia que presentó su libro “Anarquista, atracador, falsificador pero, sobre todo, albañil”. El local se quedó pequeño ante el éxito de la convocatoria. El viernes hubo chocolatada infantil, juegos infantiles a cargo de Karrikaluze y bertsolaris. La jornada del sábado comenzó con la vuelta ciclista, continuó con actividades infantiles, el homenaje a la ikurriña y actuación de las corales Atarrabia Abesbatza y San Andrés, además de una exhibición de jotas y un concierto a cargo del grupo local Bidaide. En el programa de este año también hubo un momento de recuerdo para Florentino Jaime, un socio que falleció este año.
Entre los productores locales, Miguel Mari Sangalo vendió toda la miel artesanal que trajo a la feria junto con cremas y ceras para la piel hechas con miel natural. Muy cerca, estaba la cosecha de miel de Lorez Lore de Berriozar que elaboran en Gallipienzo.
El villavés Andoni Antón, socio de Huevos Irulegui, se mostraba contento de los más de 150 socios con los que cuentan y que van sumando feria a feria gracias a los huevos ecológicos que producen en Idoate. A su vez, Begoña Conde triunfó con su personalísima firma A los 40, artesanía de plata y piedras naturales que prepara desde hace tres años en su taller de Huarte. Agueda Goikoetxea expuso para la venta diferentes pendientes con diferentes metales, cuero y plata. Y Amaia Preciado de Atarrabia Pitxiak sorprendió con sus diseños de bisutería y manualidades.
La feria también tuvo un hueco para jóvenes diseñadoras de la moda como Sabina Izu y Edurne Oroz que abrieron tienda en la Mañueta (Rokokó). 20 dedos, desde Logroño, fue otra de las firmas de artesanía del cuero y macramé. En la oferta gastronómica, quesos Uharte Gazta o Etxabe dieron a degustar sus exquisiteces a los cientos de visitantes. Tampoco faltaron clásicos como las almedras de Ujué o los dulces Vidaurre.
Los gigantes de juguete de la marca Platero, las publicaciones de Txalaparta o las camisetas y libros de la firma Enecco también estuvieron presentes en una fiesta multitudinaria.