olite - Concluidos los trabajos de restauración de la portada de la iglesia de Santa María de Olite, que han logrado recuperar la policromía medieval que lucía hace 600 años devolviendo al conjunto su antiguo esplendor, el Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra (dependiente de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana), se afana ahora en construir un tejadillo para protegerla físicamente de la acción directa de agentes medioambientales tales como la lluvia o el sol. Dicha actuación finalizará, previsiblemente, este mismo año.
Aunque el Consistorio coincide en la necesidad de preservar esta joya arquitectónica, denuncia que “no se ha tenido en cuenta al Ayuntamiento” en el proceso de diseño del tejadillo, lamenta el alcalde, Andoni Lacarra. Critica, además, que los materiales que se prevé utilizar en la construcción de la cubierta contradicen los criterios que aplica Príncipe de Viana cuando son los y las vecinas del casco histórico los que realizan obras en sus viviendas o propiedades. Aunque el Departamento de Cultura entiende el malestar, subraya la singularidad del edificio, cuya salvaguarda requiere medidas especiales.
Este razonamiento, sin embargo, no convence al Consistorio, que ha decidido mostrar su “descontento” no contestando a la solicitud de licencia de obra presentada para la instalación del tejadillo en cuestión, a sabiendas de que su concesión no es necesaria para ejecutar la obra, dado que al tratarse de un bien patrimonial no requiere de licencia municipal. “La verdad es que no nos convence la actuación. Consideramos que deberían aplicarse medidas menos agresivas”, resume Lacarra.
Reversible y sin anclajes En concreto, la obra contempla la instalación de una estructura metálica o marquesina sujeta por cuatro pilares cilíndricos de acero granallado con terminación en pintura marrón. La parte inferior del tejadillo estará forrada en madera para reducir el impacto visual. Existen antecedentes de trabajos similares llevados a cabo en la iglesia de Santa María de Sangüesa y en la portada de San José de la catedral de Pamplona. La elección de los materiales responde a que además de efectiva, la estructura debe ser reversible, es decir, que debe permitir su retirada sin afectar al edificio. De ahí que no se vaya a anclar al templo, sino al suelo.
“El objetivo común es salvaguardar la portada”, resume Carlos Martínez, director del Servicio de Patrimonio, quien admite la complejidad de una actuación cuya misión es “la conservación del bien”. En este sentido, indica que “Olite no es una ciudad cualquiera”, ya que ha hecho del patrimonio su “motor”. No obstante, reconoce que “puede haber más o menos acuerdo sobre cuestiones estéticas, pero lo esencial es que la puerta que estaba en imprimación ocre ahora es una explosión de color”, circunstancia que ha permitido que se convierta en “un ingrediente más” para el disfrute de vecinos y turistas, concluye.
Por último, cabe destacar que la construcción del tejado se conocía, al menos, desde junio de 2015 cuando Yolanda Barcina, estando de presidenta en funciones del Gobierno de Navarra, firmó un acuerdo con los responsables de la Fundación Gondra-Barandiarán para financiar la obra a medias. No habían trascendido, sin embargo, los pormenores de la actuación, los materiales a utilizar ni su diseño.