Valle de Ultzama, reino de setas
El VI Día del Hongo puso el broche de oro a la campaña otoñal de 2016, una de las más concurridas en cuanto a visitantes y venta de permisos debido a la escasa producción micológica de otras zonas
“Vosotros habéis cogido a la doble tóxica de Ilarraka. Fijaos, esta tiene las láminas de color crema y explotadas. Guardan cierto parecido, pero hay que tener cuidado. La llaman la seta engañosa, porque huele muy bien y sabe a harina fresca, como un perretxiko. Así que le gente suele decir: esto no puede ser malo, pero este año ya llevamos tres o cuatro intoxicados”, explica el micólogo Javier Gómez a un interesado Francisco Javier Mendoza. Delante de ambos, esparcidos por la mesa que los separa, una amplia colección de hongos y setas de todos los tamaños y colores espera a ser analizada por el experto del Parque Micológico de la Ultzama. Al terminar el análisis, Francisco Javier se lleva un cesto lleno de lengua de vaca y las características de la entoloma, y varios tipos de russula grabados a fuego en la mente. “Siempre vamos a lo seguro, pero hoy, al tener la posibilidad de preguntar a los expertos, hemos decidido coger algunas de las que teníamos dudas para seguir aprendiendo”, explica este vecino de Pamplona que sin duda se encontraba en el lugar indicado para lograr su objetivo: el frontón de Larráinzar, donde ayer se celebró el VI Día del Hongo.
Como él, fueron numerosas las personas que decidieron acercarse hasta el Valle de Ultzama para disfrutar de una jornada en la que la micología es la protagonista. Sin embargo, algunos, como los hermanos Julen Ignacio, Maitena y Nerea Elguezabal, no tuvieron tanta suerte. Y es que, estos txikis de 8, 6 y 11 años respectivamente, llegaron con dos cubos repletos de hongos e ilusión y se fueron con las manos vacías. “Ninguno se podía comer, pero ya hemos aprendido para el año que viene”, confesó Julen Ignacio, que encontró consuelo en la exposición de hongos que presidía el frontón. “Hay uno gigante, como el huevo de un avestruz”, aseguró este joven vecino de Iruña señalando hacia un hermoso ejemplar de Langermania Gigantea, unaespecie que puede llegar a los 10 kilos. Al final, los hermanos decidieron dejar sus “tesoros” en manos de Gómez y sus compañeros del Parque Micológico para que los devolviesen de vuelta al monte con el objetivo de que “se esparzan las esporas y crezcan más para el año que viene”.
Una esperanza que compartía más de uno de los allí presentes, ya que este año la sequía ha causado estragos en la campaña de setas. “Del 1 al 10, este año yo le pondría un 6 o un 7 a esta temporada, pero aquí, en el Valle de Ultzama. En otras zonas no tanto, pero aquí han salido incluso con el suelo seco”, explicó el micólogo del Parque, Javier Gómez, que este año ha registrado un importante aumento de la afluencia. “Aún faltan por contabilizar los permisos, pero yo creo que este año ha sido uno de los años con más gente. Han venido muchos de Navarra, pero también gente de Madrid y Valencia. Iban a Soria, veían que no iba bien y venían aquí”, apuntó.
El brote de boletus que se produjo en la primera quincena de octubre fue, sin lugar a dudas, uno de los motivos que atrajo a autóctonos y foráneos hasta el Valle de Ultzama. “Ahora ha bajado el boletus, pero hay mucha gamuza o lengua de vaca y también ilarreka y algunas otras variedades como la palometa. Dentro de poco, yo creo que habrá un repunte de boletus, pero que no se emocionen los aficionados a la micología, porque no será mucho”, bromea Gómez.
novedades A pesar de que la recolección y conocimiento de las distintas variedades de setas y hongos era la principal atracción, los numerosos puestos que poblaban el frontón de Larráinzar también captaron la atención de los numerosos visitantes. Sin embargo, hubo dos que cobraron especial protagonismo; el puesto de talos ecológicos y el de micosfera y sus jabones a base de hongos.
Concretamente en el de Ekotaloa, regentado por el pelotari Julen Altzelai, se formó una gran cola de interesados en vivir la experiencia micológica al completo y probar la novedad gastronómica de esta edición; el talo de setas. “Las setas están desbancando a la txistorra”, comentó Beatriz Pérez, mientras se afanaba en rellenar la pasta de maíz con setas. “Sí, generalmente el de txistorra es el que más demanda tiene, pero aquí ganan las setas”, apostillo Beatriz Zorroquino, que era quien se encargaba de hacer llegar a los ávidos visitantes este tradicional manjar.