“somos cien coralistas e imaginad que gran familia”. Con esta frase, el director del Coro del colegio Griseras de Tudela, Pedro Pablo Garijo, definía la experiencia que está viviendo esta formación que, desde hace algo más de 10 años recorren la geografía del país cantando. Lo que comenzó como una tarea extraescolar es más una forma de relacionarse, de pasar las semanas y de vivir la música. Un nexo común que une no sólo a cada uno de los alumnos que integran el coro, sino también a sus padres, hermanos y abuelos.
La semana pasada presentaron su primer disco (Vivir cantando), una obra grabada en un fin de semana en el Teatro Gaztambide, en la que han volcado muchas horas de trabajo, ilusiones y convivencia y en cuya intensa grabación, “salieron hasta el gorro de mí y yo de ellos”, explicó Juanjo Úcar, representante del coro. Las palabras que pronunció en la presentación del disco una de las madres, Cristina Oliver, sirven para definir lo que supone esta experiencia para todos, “este proyecto del coro es importante para mí porque creo que en él dejan de ser individuos y pasan a formar parte de una comunidad. Hemos llegado a formar una gran familia, que se traslada a los viajes, que hace actividades juntos y que disfruta de los momentos en común”.
más de 10 años La idea de crear un coro nació hace más de 10 años, en un principio como una tarea extraescolar a cuyo frente se puso Pedro Pablo Garijo. La directora del centro, Lucía Coloma, recordó que “desde que se fundó el colegio se hicieron actividades de coro pero hace 12 años Pedro Pablo Garijo me dijo que quería crear un coro que pudiera salir fuera de Tudela para que se oyera el nombre del centro y de la ciudad. Así creó un coro y empezó a ensayar en el recreo pero los niños fueron aumentando y se pasó a incluirlo dentro de las tareas extraescolares”.
A partir de ese momento los éxitos se fueron sucediendo: ser teloneros de Los Chicos del Coro en su actuación en Tudela, ganar el concurso de Sendaviva (“supuso un premio de una semana en el parque todos los integrantes”), segundos en el Concurso Nacional de Coros Escolares en Madrid (“eso hizo que se nos conociera más allá de Tudela”), intercambios con Mont de Marsan y Mondragón”), premio Olentzero o premio Quiosco de Oro de la peña Revolvedera. “La experiencia nos ha enriquecido mucho a todos. Nos ha aportado experiencias que merecen ser vividas y que al alumnado le dan otra formación más humana, que desde las paredes de la escuela no se puede conseguir”, señaló con emoción la directora del centro. En su intervención agradeció la labor que el profesorado y las familias han tenido en esta iniciativa.
Garijo explicó que “para quienes nos gusta la música lo que más nos satisface es cantar”, motivo por el que indicó que el proyecto les unía tanto a ellos y los niños. “Es una forma de vivir que para mí significa la felicidad pese a las horas que metemos para ensayar trabajar la verdad es que nos supone una enorme satisfacción”. Echando la vista atrás contó una anécdota que les sucedió en la primera actuación fuera de Tudela en un pequeño pueblo de La Rioja, “el párroco estaba muy preocupado porque creía que no iba a haber nadie a vernos. Yo le dije que no se preocupara porque nosotros llevábamos el público, éramos 25 coralistas, 50 padres y madres y 100 abuelos. Llenamos la iglesia y al final nos dijo que si podríamos ir otro día”.
A partir de entonces el coro ha crecido tanto en cantidad como en calidad y en la actualidad significa un despliegue humano impresionante “Ahora somos 100 coralistas y eso significa que somos una gran familia”. Garijo presenta proyectos, propuestas, conciertos y nuevas aventuras que son aceptados y vividos como propios porque los positivo de que los niños vayan creciendo y abandonando el coro es que “siempre es sabia nueva cada cierto tiempo y ese ímpetu y esas ganas se mantienen”.
El representante del coro, Juanjo Úcar, explicó que el proyecto de la grabación del cd Vivir cantando comenzó en Sevilla, “en la mesa de un restaurante en una sobremesa con el director de otro coro con el que estamos hermanados. Vimos que podía ser un proyecto que podíamos llevar a cabo, nos pusimos manos a la obra y tuvimos que salvar diversas situaciones. Tuvimos que elegir las canciones y queríamos que fueran el reflejo de nuestra trayectoria, que estuviesen todos los niños, incluso los de este año, y tratar de buscar la infraestructura necesaria para grabar aquí en Tudela porque era complicado desplazar a 100 personas”. Otra complicación, no menor, fue encontrar una fecha en la que los 100 componentes no tuvieran exámenes, “son muy responsables y cuando no tenía uno tenía otro”. Por fin quedaron de acuerdo en la primera semana de marzo y el Ayuntamiento cedió el Teatro Gaztambide, “estuvimos dos tardes 5 horas cada tarde. Salieron hasta el gorro de mí y yo de ellos y finalmente se grabó”, dijo Úcar entre risas.
En representación de los padres, Cristina Oliver, explicó que el cd que se presentó en el claustro de Castel Ruiz, “es el resultado de un esfuerzo de nuestros hijos, de trabajar todos los días bajo la dirección de Pedro, de compaginar actividades, estudios y ensayos pero pese al esfuerzo siempre responde y eso se ve en que cada vez hay más chavales. Es un proyecto que interesa y cada vez hay más cantera”. Pese al trabajo de y esfuerzo que significa para todas las familias, padres y hermanos incluidos, “es algo tan emotivo que pese a ello es una satisfacción impresionante”. Esta madre de uno de los componentes concluyó asegurando que la experiencia “es muy gratificante. Nos hace mejores a todos, a los hijos a padres y a los seguidores”.
El dinero de la compra de cada uno de los cd se volverá a invertir en las actividades del coro, “es una manera de seguir adelante con más proyectos”. El disco se presentará el 26 de mayo en el Teatro Gaztambide.