leitza - Último domingo de mayo, la feria de artesanía acercó a la plaza viejos oficios, una forma de trabajar sin mirar el reloj. La de ayer era especial, la del 40º aniversario de esta cita organizada por Altzadi Leitzako Kultur Elkartea, Alke, una asociación creada en 1978 por un pequeño grupo de padres y madres así como profesores de la ikastola que había entonces en Leitza. “Vieron la necesidad de activar la vida cultural. Un año después comenzó la feria”, apunta Juan Mari Barriola, que lleva casi una década en Alke
Desde entonces son muchos los y las vecinos que han dedicado parte de su tiempo a organizar actividades para el disfrute de los y las leitzarras, siempre con el euskera como uno de sus puntales. En la actualidad el grupo está formado por Fernando Oiartzun, Julian Zabaleta, Maite Blanco, Mikel Astibia y Leire Erbiti además de Juan Mari Barriola. Son personas de diferentes edades a las que les une su interés en trabajar por su pueblo. “Cada uno tiene su función y se va especializando”, apuntan, al tiempo que destacan que las puertas de Alke están abiertas. Apostamos por un relevo natural”, aseguran.
En relación a la feria, explican que durante estas cuatro décadas han pasado muchos artesanos por la plaza de Leitza procedentes de la zona y de diferentes partes de Navarra, Gipuzkoa, Bizkaia, Álava, La Rioja e incluso de más lejos, con una media de 40-50 puestos. “Aunque tenemos una plaza hermosa, está el hándicap de la meteorología y en caso de lluvia hay que trasladar la feria al frontón, con un aforo limitado”, explican. Así, siempre hay un plan B por si las cosas vienen torcidas.
A la hora de seleccionar los artesanos, tienen especialmente en cuenta que trabajen en oficios o técnicas desaparecidas y que muestren su manera de hacer, siempre dispuestos a responder a las preguntas de las personas que se acercan a la feria. “Buscamos que sea vistosa y haya equilibrio entre los oficios”, señalan.
Otra parte fundamental de esta feria son los Villabona. Y no solo porque aportan sabores a la mañana con deliciosos talos. Y es que el dinero que obtienen ese día se destina a la sufragar los gastos de la feria, como la comida que ofrecen a los artesanos. Asimismo colaboran los comercios del pueblo. “Debido a la crisis la situación ha cambiado mucho y estos últimos años ayuda el Ayuntamiento”, explican.
KULTUR AROA Esta feria forma parte de Kultur Aroa, una programación que comenzó como una semana cultural en mayo y que estos últimos años ha ido alargándose hasta la segunda quincena de junio con el Sagardo Eguna, más de un mes repleto de actividades como charlas, música y deporte entre otras. “Cada vez hay más aportaciones de otros colectivos que organizan actividades. Desde Alke nos encargamos sobre todo de coordinar”, explican. Además, siempre hay personas que echan una mano.
Pero el trabajo de Alke no se limita a Kultur Aroa. Lo cierto es que colabora en diferentes actividades que se suceden a lo largo del año, como la cencerrada que organiza Aurrera la víspera de Reyes y continúan en carnaval, fiesta en la que han trabajado para recuperar los atsaureak, personajes únicos de esta fiesta en Leitza. Asimismo, dinamizan las celebraciones de Santa Águeda. En primavera llega esta programación y tras un descanso en verano, vuelven en otoño con las jornadas micológicas y en noviembre nunca falta teatro. Para finalizar el año, colaboran en las actividades conmemorativas del Día de Navarra y el recibimiento a Orantzaro, que en Leitza es a lo grande.
De la misma manera, Alke ha puesto a salvo un valioso patrimonio inmaterial con la recogida de testimonios de mayores de Leitza así como fotografías antiguas.