PAMPLONA. - Entre 40 y 50 agentes de Policía Municipal de Pamplona vigilan al día 35 centros escolares de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional. Esto supone en torno al 50% de los agentes que patrullan la calle cualquier mañana en Pamplona. Esta cifra de centros atendidos, considerados como prioritarios, aumenta -según días pares o impares- en otros colegios, de tal manera que se llega a cubrir el 70% de los algo más de 50 centros educativos abiertos en la ciudad. El dispositivo presta especial atención para aquellos centros de Educación Infantil en los que los alumnos son de corta edad, pero alcanza también a institutos o centros de Formación Profesional como Donapea, dado su emplazamiento.
Las principales labores que los agentes realizan cada mañana son la regulación del tráfico entre transportes escolares y automóviles privados, y facilitar el acceso de peatones a los centros educativos. En cada punto las necesidades varían. Y mientras que en la calle Monjardín o Karrikiri la prioridad es regular el tráfico para facilitar a los transeúntes cruzar por los pasos de peatones, en otros como la calle Vergel, lo fundamental es facilitar las maniobras de los autobuses hacia el colegio El Redín.
uno de los puntos a revisar Aunque es uno de los lugares de la ciudad en los que cada mañana está presente una patrulla de Policía Municipal, la circulación por la calle Monjardín, especialmente en su confluencia con la calle Aoiz y Media Luna, será revisada por el Ayuntamiento. Según anunció la concejal de Seguridad Ciudadana, Itziar Gómez, este será el primer punto de la ciudad que se estudiará para mejorar la seguridad en los accesos a los colegios cercanos (Sagrado Corazón, Liceo Monjardín y Jesuitas), dentro del plan Entornos Escolares Seguros de la ciudad. En el estudio realizado por el Ayuntamiento, el cruce de Monjardín está incluido entre los prioritarios por el tipo de vía, tráfico y número de alumnos.
En la actualidad, ninguno de los pasos de peatones tiene regulación semafórica, pero todas las aceras de las cercanías de los centros cuentan con vallas protectoras, para evitar cruces fuera de los puntos habilitados. El dispositivo que se despliega hasta la fecha en esta zona se compone de una pareja de agentes que se encargan, de forma coordinada, de regular el tráfico en sendos pasos de cebra. A medida que los peatones se van agrupando, los agentes cortan el tráfico por unos segundos hasta que los transeúntes cruzan al otro lado.
“Hace falta policía” Padres y madres del alumnado que cada mañana atraviesa la calle Monjardín se muestran satisfechos con la presencia de uniformados en las tareas de acompañamiento. “Están todas las mañanas y se agradece. Estamos contentos con el acceso que tienen nuestros hijos”, señalan Eugenio y Susana. Los tres hijos de la pareja estudian en el Liceo Monjardín, en diferentes cursos. “El mayor entra a las 8.20 horas y, la pequeña, a las 8.50, que es cuando más están los policías”, afirman. La pareja, que lleva a sus hijos en coche cada mañana, reconoce que el tráfico es el principal problema en el acceso al colegio: “Muchas de las familias traemos a nuestros hijos en coche, y muchos aparcan en doble fila o en la parada de los autobuses escolares. No cuesta nada aparcar bien”, añaden. Cerca de ellos, otro grupo de padres expresa inquietudes similares. “Hace falta que venga la Policía porque aunque el Liceo tiene buenos accesos, no hay semáforos”, argumentan. “Preferimos que estén los agentes en lugar de semáforos, pero también son necesarios por las tardes y a mediodía”, remarca otro grupo de padres.
más prudencia Los agentes que a diario controlan el dispositivo en la calle Monjardín coinciden con el diagnóstico de los progenitores pero a su vez reclaman más precauciones a los conductores. “A veces cuando paramos la circulación de un sentido, los conductores no obedecen”, explican. Los agentes lamentan también el hecho de que no puedan asumir la tarea de multar a los conductores que se saltan las normas a la vez que regulan el tráfico. “Este punto tiene dificultad ya que desde bien temprano hay mucho tráfico, además de la cantidad de niños que entran en cada colegio”, describen. Sobre el procedimiento que se sigue cada mañana, los policías explican que “intentamos que los peatones crucen en grupo para que la circulación de coches no se paralice”. “Es necesario que los conductores se conciencien, que eviten dobles filas y correr más de lo permitido, porque el policía no lo puede hacer todo”, concluyen.
3.914
por la avenida de villava
Este lunes 1, día del atropello, se contabilizaron por la avenida de Villava, dirección Txantrea, 3.914 vehículos, mil más que antes del inicio escolar (2.837, el día 1 de septiembre).
13.775
por la calle monjardín
Entre la rotonda de la calle Aoiz y la avenida Juan Pablo II, al día circulan por la calle Monjardín 13.775 vehículos, lo que supone 1.327/ h. La hora punta son las 8.00, y, sobre todo, a las 8.45 h, justo a la entrada del colegio.