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Belenes. Nacer 38 veces

La Asociación de Belenistas de Pamplona inaugura hoy su tradicional exposición navideña, un pequeño mundo de ingenio y poliespán que cada año acoge en Baluarte a 30.000 visitantes. Aquí caben Mingote, el hogar de los hobbits o el cuento de los tres cerditos.

Belenes. Nacer 38 veces

Jesús de Nazaret acaba de nacer 38 veces. Tantas como representaciones ha levantado la Asociación de Belenistas de Pamplona en Los belenes en Baluarte, abierta desde hoy y hasta el siete de enero. Una exposición tan representativa de la Navidad como las panzadas de langostinos en familia, Olentzero o la Cabalgata de Reyes. Su arraigo lo demuestran los alrededor de 30.000 visitantes que se acercan cada año a este mundo en miniatura de ingenio, poliespán, espuma aislante, pasta, tierra y pintura acrílica.

“Nuestro patrimonio son las figuras y parte del local, porque otra parte es del banco. Pero el patrimonio real, el que nos da valor, es el inmaterial, toda esa gente que viene a vernos”, cuenta Pedro Javier Martínez, presidente de la Asociación de Belenistas.

novedades

Todo aquí es novedad porque cada belén es una pieza diseñada en exclusiva para esta cita con muchísimas horas de trabajo detrás, “mínimo 600 por cada belén”, dice a ojo Martínez. Puestos a destacar no pasan inadvertidos un enorme belén de tres por seis metros; el habitual guiño a los más pequeños, expresado esta vez en un nacimiento con los tres cerditos y un lobo no tan feroz; o un homenaje a El Señor de los Anillos. Sin orcos ni señores oscuros, este año Jesús también nace en Hobbiton. Por qué no. O un belén de Mingote “que puede chocar porque las casas no tienen líneas rectas, está adaptado al tipo de figuras de Mingote”, cuenta la vocal de la Junta Ana Estrella Ramírez.

Una representación del nacimiento, la adoración de los pastores y los reyes magos dentro de bolas de navidad y la nieve (el año pasado no cuajó dentro de Baluarte), se añaden al listado de novedades en los belenes. Muchos están inspirados en la arquitectura de la zona, “y otros en la supuesta arquitectura hebrea, que no tiene nada que ver con la real, porque si alguien quiere ver arquitectura hebrea del siglo I tiene que ir a las cuevas de Valtierra o Lodosa”, expresa Pedro Javier.

detalles para perderse

Elaborados en pequeños grupos de unas cinco personas que empiezan a pergeñar su belén prácticamente cuando acaban de desmontar el anterior, Martínez destaca el mimo por los detalles de todos y cada uno de ellos. “Por ejemplo, uno se puede entretener viendo una huerta con puerros, cebollas, calabazas, patatas... de todo. Y antes normalmente detrás de las fachadas no había nada. Ahora cada vez hay más vida”.

Buena parte de la culpa de ese nivel de detalle lo tiene el “complejo de Diógenes que tenemos un poco todos”, confiesa riéndose Pedro Javier. “El que es belenista lo es todo el año. “Un arbolito que coges por ahí, te encuentras una bellota y ves un maravilloso nido... reciclamos todo”, añade Ana Estrella. “Se te va a adaptando el ojo a encontrar cosas”, completa el belenista Miguel Francés.

apto para todo el mundo

Francés, de 35 años, se inició en esto de los belenes hace tres. Y anima a los interesados (en la exposición hay una ficha para apuntarse) con un mensaje de tranquilidad: “yo siempre suspendía plástica. Para mí era un drama. Y aquí empiezas a toquitear y habrá cosas que se te den mejor que otras, pero cualquiera, por torpe que sea, acaba haciendo un belén. Y es una afición muy bonita que engancha. Te pones a trabajar, te evades y te olvidas de todo. Te relaja”. Destaca además su aprendizaje diario. “Todo el mundo te va enseñando sus diferentes técnicas, y vas cogiéndole el truco. La filosofía es precisamente esa, de enseñarlo todo. No hay competitividad entre los grupos. Al contrario, cuanto más sepamos todos, mejor”.

Aunque los números bailan, unas 120 personas han trabajado en la puesta a punto de la exposición. Ahora solo falta la respuesta ciudadana. “Si vienen 30.000 personas es porque hay por lo menos 40.000 que quieren verla exposición, pero a 10.000 se les pasan las fechas. Yo pediría a esos 10.000 que se lo anoten en la agenda”, finaliza Pedro Javier.