lodosa - Nunca es tarde si la dicha es buena. Así piensan muchas de las personas, la mayoría mujeres, que participan en Lodosa en el proyecto de la ‘Receta deportiva’, una iniciativa que pretende fomentar el envejecimiento activo y saludable y que impulsaron el año pasado desde el centro de salud en colaboración con el Ayuntamiento, con el que firmaron un convenio.

El proyecto, que acaba de arrancar su segunda edición, consiste en fomentar los hábitos saludables entre las personas mayores de 65 años, sobre todo entre aquellas que sufre alguna patología cardiovascular. En este caso, explicaban, no consiste en un curso en el que te inscribes sino que son los y las médicos o enfermeros del centro de salud los que prescriben una receta para participar en las sesiones deportivas que imparte el coordinador deportivo Ignacio Martínez. Si los vecinos no se ponen en contacto con él en el plazo de 15 días la receta caduca.

El año pasado participaron 38 vecinos y, de momento, en esta segunda puesta en marcha hay ya 30 personas. Dos días a la semana, una hora cada día, apuntaba Martínez, las vecinas, puesto que prácticamente la totalidad de las asistentes son mujeres, trabajan el equilibrio, la fuerza o la flexibilidad. Ayudados por gomas, sillas y otros materiales, las participantes realizan ejercicios que después, aseguraban, les facilitan y ayudan a mejorar en su día a día.

“Muchas veces cuando venía algún paciente de estas características le recomendábamos hacer ejercicio, pero nos quedábamos ahí. Con esta propuesta podemos dar un paso más y ofrecerles algo concreto. Está demostrado que esta actividad previene muchas caídas porque ejercitan la musculatura, el equilibrio o la fuerza”, explicaba Arantza de Miguel, concejala y enfermera de Lodosa, al tiempo que aseguraba que “también es una forma de que estas personas creen comunidad, que se relacionen entre ellas”.

Las lodosanas, además, utilizan las diferentes infraestructuras del municipio puesto que a veces van a la casa de cultura, otras veces al pabellón, a las pistas e incluso esperan poder realizar actividades en las piscinas. “Son personas muy constantes y muy agradecidas. Atienden mucho, se concentran en hacerlo bien y al final, además de pasárnoslo bien, los resultados se notan”, comentaba Martínez, que apuntaba que lo más complicado son los ejercicios de equilibrio, por aquello de evitar las caídas.

gran ambiente Tere Iribarren es una lodosana de 76 años que acaba de sumergirse en esta experiencia deportiva aunque también acudía a la jubiloteca donde realizaban algo de ejercicio físico. “El médico me dijo que viniera porque me duelen todos los huesos, me lo ha recetado y la verdad es que me lo paso en grande”.

Junto a ella estaba Pilar López, de 73 años, y debutante también este año en la iniciativa lodosana. “Me aconsejaron que viniera para que me encontrara mejor y la verdad es que a mí también me apetecía venir. Es verdad que a veces me voy a casa con agujetas pero eso es bueno, ¿no?, quiere decir que me estoy esforzando”. Además, apuntaba que cree que programas de estas características son muy importantes para las personas mayores de los municipios.

De acuerdo con Martínez, en estas clases ha llegado a haber gente de hasta 90 años y, aunque van todos en el mismo grupo, no es algo que perjudique a los participantes. “Al final todos hacen el mismo ejercicio, los que pueden, lo hacen con más intensidad o más repeticiones, y los que no, bajan el ritmo. Es muy complicado hacer grupos”.

Pilar Gurrea, de 77 años, ya participó el año pasado durante los cuatro meses que duró la actividad y este año repite. “Me apunté también a yoga, pero esto es mucho mejor, vamos a rejuvenecer”, reía. “Hago todos los ejercicios que nos mandan con mucho esfuerzo porque quiere mejorar y tenemos un monitor que da gusto. El trato es buenísimo y nos lo pasamos muy bien”, insistía esta lodosana al tiempo que apuntaba que le gustaría que este programa se mantuviera y consolidara o que, incluso, se ampliaran los plazos porque “estoy encantada y vengo muy a gusto”.

Por otro lado, y una de las más veteranas, es Pili Martínez, de 86 años, que no duda de los beneficios de realizar actividad física. “Me voy a casa mejor de lo que vengo, siempre suelo estar dolorida y estas clases me activan”.

Martínez, que también acude a la jubiloteca cuando corresponde, afirmaba, como el resto de vecinas, que “estoy feliz aquí y todas queremos repetir. Mientras pueda y la salud me lo permita, no voy a dejar de venir porque es algo muy importante”.

Esta legislatura, apuntaba la edil de Miguel, ha sido la primera en la que, además, se ha habilitado una partida específica para Salud y el objetivo es que este programa, que cuenta con subvención del Gobierno, se consolide e, incluso, se pueda ampliar en el tiempo y extrapolar a otros sectores de la población.