pamplona - En 2007 quedó documentada por primera vez la presencia de la polilla del boj (Cydalima perspectalis) en Europa. De origen asiático, los expertos achacan su presencia en el viejo continente debido al comercio con Asia, concretamente se habría producido en las inmediaciones de un centro de exportación de productos de China, refleja el informe “Cydalima perspectalis en Navarra 2019” elaborado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.

A ese centro habrían llegado unidades de boj asiático “para su utilización en jardinería y ya contaminadas con la especie de la polilla del boj”, expresó Yeray Monasterio, presidente de Zerynthia (Asociación Española para la Protección de las Mariposas y su Medio).

Ya en 2015 se detectó por primera vez en Navarra, en el valle del Bidasoa, después de expandirse por países como Holanda, Reino Unido, Suiza, Francia, Bélgica, Rusia o Turquía. “O al menos el primer punto por el que se detectó su presencia”, remarcó Monasterio. Un año antes, se detectó en Pontevedra, en el primer avistamiento en el Estado.

En Europa, y en Navarra, la polilla del boj encuentra las mismas condiciones climáticas que en sus zonas de origen, principalmente China, Japón o la península de Corea. “Aquí tienen un verano cálido y un invierno frío, pero sin la presencia de depredadores como los murciélagos o avispas que las cazan en Asia”, explicó el presidente de Zerynthia. Con esos factores, y una gran cantidad de boj en Navarra y en la zona norte de la península, la población de polilla del boj ha crecido provocando unas defoliaciones que Medio Ambiente califica como “a una escala alarmante” en su informe.

En Ilundáin (Valle de Aranguren), Zerynthia gestiona una trampa de detección de ejemplares de polilla del boj desde hace cuatro años. “El crecimiento es exponencial, comenzamos detectando unas pocas unidades y las últimas mediciones nos dan 6.000 al día”, explicó Monasterio. La polilla se reproduce a una velocidad mayor en comparación con la repoblación del propio boj. “Las polillas pueden tener hasta cuatro o cinco generaciones al año”, destacó la bióloga Itziar Almarcegui, mientras que “al boj le cuesta años regenerar sus hojas”.

Tanto Belzunegui como Monasterio coincidieron en la dificultad de medir las hectáreas de boj muertas a causa de esta polilla, aunque el presidente de Zerynthia detalló que “en el Bidasoa toda la población de boj está ya muerta, o en proceso de morir aunque a simple vista no se note aún”. La muerte de los arbustos a causa de la polilla, señalaron ambos, rompería el papel de estos arbustos como afianzadores del suelo, y riesgo de desprendimientos en zonas de montaña o con pendientes, además de efectos sobre el medio ambiente. “Como todo elemento en un ecosistema, el boj tiene un cometido y si desaparece otras especies se verán afectadas”, afirmó Monasterio.

A pesar de ello el presidente de Zerynthia remarcó que se trata de “una especie inofensiva que no es para nada perjudicial para las personas, quizá da miedo cuando se ven quinientas juntas pero no tiene los efectos de la procesionaria por ejemplo”. - A.Ibarra / I.Zozaya.