eslava - Dentro de la Merindad de Sangüesa, la pequeña localidad de Eslava, en la Val de Aibar, tampoco avanza en su representación política. Su alcalde, Ignacio Barber Zulet tiene 74 años y lleva 12 en el ayuntamiento, los ocho primeros como concejal y los cuatro últimos de alcalde.

De los 118 vecinos empadronados ( INE 2017), calcula Barber que viven el día a día entre 70 y 80. “Es una cantidad de sobra y además, hay personas muy capacitadas. Solo hace falta interés y ganas de trabajar”, apunta. Tener tiempo es también fundamental, asume. “A mí me sobra, pero me gustaría que se presentara gente más joven que trabaje por el pueblo”, subraya. Ganadero de ovino y agricultor jubilado, Barber opina que si él ha podido “los demás también pueden. Pero la gente no se anima. Es muy cómodo que te lo den todo hecho y ya me lo resolverán”, lamenta.

Actitudes semejantes, añade el todavía alcalde, “no favorecen nada a los pueblos. Estamos en un momento en el que no se puede abandonar la tarea”, declara aludiendo a la despoblación de los núcleos de la Baja Montaña.

Recalca asimismo la necesidad de tener en cuenta que “la gestora te resta capacidad para actuar y decidir en momentos determinados. Por eso, aún intentaremos formar lista”. Eslava ha trabajado duro para sacar adelante Santa Criz, la ciudad romana, convertida en un potente atractivo turístico para la comarca y proyecta nuevos planes que deben sacar adelante. “Si no hubiera gente, yo lucharía hasta el final. Si algo tengo claro es que hay que seguir luchando”. - Marian Zozaya