Esta villa alberga una nutrida nómina de hitos patrimoniales. Ahí están el propio edificio del Ayuntamiento (s. XVI), el Humilladero (s. XVII), la Casa del Mayorazgo (1592), la basílica del Santo Cristo de las Aguas (s. XVII) con la singular y venerada figura románica del titular; la fuente pública (s. XVIII) y la iglesia de Santa María (s. XIX y muchos elementos decorativos del XVI). Otros bellos edificios renacentistas son Casa Casiano y Casa Bados. Una villa con gruesa historia y bellezones arquitectónicos, pero a la que hay que añadir una importante actividad sociocultural que despliegan con ánimo y generosidad sus casi 1.000 habitantes. Obra y vida de los vecinos son las numerosas asociaciones que articulan la vida allotarra, si se acepta este gentilicio, en forma de asociaciones como Acarcajadas, La Fuente, Compañeras de Allo, teatro Míreni, Txorota... Las cuatro primeras y otras actividades como yoga, pilates, escuela de padres? se benefician de la disponibilidad de locales multiusos en el propio ayuntamiento, que además alberga la biblioteca, oficinas, servicio social y el salón de plenos. Atrás quedaron otros usos como corrales de reses bravas, consultorio médico... En la calle Mayor, en el camino natural del paralelo entramado medieval hacia la iglesia, se abre el espacio de la plaza de los Fueros. Ahí está formada una terna de figuras: el director de lidia es el ayuntamiento y compartiendo cartel con él, la Casa de los Ulíbarri y la Casa de los Portillo de Morentin.

ayuntamiento decano En esta ocasión reparamos en la casa consistorial, situado en el nº 7 de mencionada plaza. La tipología de esta fábrica corresponde a la evolución desde las casas concejiles navarras del siglo XVI y épocas anteriores.

La casa consistorial de Allo responde a un género de la arquitectura civil del XVI, que buscó un carácter de representatividad al exterior y funcionalidad en su interior. Tras los siglos del Medievo, este edificio se abrió el hueco necesario para ser un lugar con perspectivas privilegiadas; para ser el actor principal de los espacios urbano y social de la villa. Además, el ayuntamiento de su época reivindica su autoridad frente a la Iglesia y la Nobleza. Un logro legítimo por el carácter democrático y de participación de sus vecinos.

Esta tan insigne obra arquitectónica fue erigida en el último tercio del XVI. Es una joya del tesoro patrimonial de nuestro viejo Reino. Se le considera el decano de la geografía foral y el espejo de otras localidades para construir el suyo, como Larraga, Arróniz y Cirauqui. De la misma época son los de Lumbier y Sangüesa , aunque el de Allo es el único que conserva íntegra su fachada.

Este genial frente, y el resto de la construcción, fue levantada con piedra sillar y mampostería. Este edificio rectangular tiene 200 m2 (20x10) de planta. Veinte metros de fachada que suman los tres de luz de cada uno de sus cinco arcos rebajados y el metro de envergadura de sus seis pilastras. La fábrica está formada por dos cuerpos superiores y un ático separados por líneas de impostas y que descansan ante un gran pórtico que forman los arcos del frente y un sexto en el lado diestro. La cubierta remata el cuerpo luciendo un generoso alero.

El consistorio está presidido por el escudo de armas de la villa, labrado en piedra: una maravillosa muestra de la elegante arquitectura renacentista. El frontón lo custodian a cada lado dos bustos de perfil e identificados con sendas inscripciones, bastante erosionadas, de Aníbal y Escipión, otrora míticos por sus hazañas en la Antigüedad Clásica y que en el Renacimiento se mostraban como símbolos de civismo. Esculturas de estos ilustres personajes fueron referentes iconográficos para entradas triunfales en ciudades después de épicas militares. El mecenas y el artista renacentista quisieron reflejar a través de estas figuras los valores del triunfo, pero también de la prudencia, clemencia y magnanimidad. Esta heráldica está situada en la fachada en la segunda de las cuatro amplias entrecalles, dando mayor peso al lado izquierdo. El blasón, orlado de cartelas de cuero, contiene un castillo almenado sobre el que destaca la imagen de un niño sujetando una llave. La escena queda circundada por otros cuatro castillos de menor tamaño. En el tímpano del frontón recto se reseña el AÑO 1579 y la leyenda INEXPVGNABLES; conjunto supervisado por la baja, casi dormida, mirada de Aníbal y Escipión. El conjunto está enmarcado por dos pilastras toscanas de fuste estriado sobre ménsulas donde se apoya el aludido frontón.

Salvando en su totalidad la fachada, este ayuntamiento fue reconstruido y reinaugurado el 10 de mayo de 1987. El alma mater de la sabia iniciativa fue del entonces alcalde Gonzalo Garayoa. Para la ocasión se contó con la bendición del arzobispo José Mª Zirarda. Un día especial, aunque pardo el cielo, iluminado por las confirmaciones de varios jóvenes de la villa, entre ellos la actual administrativa del propio ayuntamiento, Blanca Zaracain Pérez, su hermana Maribel, Susana Lacalle, Lucía Izaguirre, Elba Ochoa, David Azcona, Luis María Moreno, Juan Carlos Marturet y otros.

El porche sigue haciendo guiños a lo social del Renacimiento, sirviendo de marco del aperitivo del día del cohete, como lugar a la fresca y de querencia al wifi municipal.

Sus alcaldes El mencionado alcalde Garayoa recuerda que la reforma 1987 se alargó durante dos años y medio y alcanzó 57 millones de pesetas. La vara de mando recayó antes en otros hombres como Eusebio Gaínza, ajusticiado durante la Guerra Civil y recientemente homenajeado; Ángel Aramendía, que lideró la traída de aguas; Pedro Pérez de Ciriza... Ya en democracia los regidores han sido José Luis Hermoso, José Azcona, el propio Gonzalo Garayoa, Mikel Malangre, Victoriano Luquin, Andrés Lizasoáin, Sergio Aisa, Fernando Sáinz, Mª Ángela González, Javier Ignacio Munárriz y, en la actualidad, Susana Castanera.

Allo merece conocerse Sin entrar en describir y destacar sus viandas (aunque imposible es omitir que sus espárragos son los mejores del mundo), Allo es un museo patrimonial por proponer, descubrir y disfrutar. Un puerto indispensable para conocer el Renacimiento, y otras épocas, de las joyas del patrimonio de Navarra. Una propuesta, que tras el fallecimiento de José Ramón Macua, cicerone y amante local, necesitaría ser apadrinada por instituciones y personas. Allo merece ser visitada y conocida. Un cita indispensable para un recorrido cultural de primer orden que pudiera tener cita previa en la Fuente, a pie de la carretera, y un itinerario por la villa con paradas obligatorias: El ayuntamiento y las casas blasonadas de la plaza; la placeta, la plaza del Raso y la Tahona; el Humilladero y el palacio de el Mayorazgo; la basílica del Santo Cristo; y, para terminar, la parroquia de Santa María. Una propuesta que bien pudiera tener su pistoletazo de salida en mayo de 2020. Los días 16 y 17 se volverá a celebrar la feria artesanal, cuyo programa incluye una carrera y paseo solidario por calles y términos de la villa.

Así como el grupo Míreni teatralizó la visita al reformado Humilladero, podría organizarse una visita cultural: ¡Allo renaciente; corre, ven y goza!