pamplona - Desde hace cinco años, en la calle Martín Azpilcueta hay prisa por ponerle el broche al año que termina. Los comercios de la zona festejan como merece desde entonces su fiesta particular, La Campanada, para celebrar el fin y el inicio del nuevo año con sus clientes habituales y vecinos del entorno del barrio de San Juan.

Detrás de la iniciativa que año a año se ha ido haciendo su propio hueco se encuentra Conchi Iturralde (Papelería Iturralde), que al llegar a la Junta de la Asociación de Comerciantes de Martín Azpilcueta comenzó a dinamizar la iniciativa. "Me di cuenta que ahí en frente (en la esquina de la calle Martín Azpilcueta con San Alberto Magno) teníamos un reloj hermoso. Y dijimos que por qué no hacemos algo distinto y especial. Se nos ocurrió esto y empezamos a pensar cómo lo podíamos hacer", afirmó momentos después de festejar las campanadas el día 31, pasadas las 12 del mediodía.

El objetivo de todo lo que vendría después era despedir el año, en la última mañana de apertura de los negocios, con las personas que durante los doce meses nutren y rodean cada comercio.

En cada edición, la organización ha querido reconocer su labor a asociaciones o personas particulares vinculadas al barrio, que inauguró en la primera edición la asociación Sanjuanxar. En la de este 2019 la encargada fue la Asociación Navarra de Autismo (ANA), protagonista en la celebración.

De aquel inicio, que como tantos otros principios tuvo un presupuesto muy bajo, recordó Iturralde junto a la actual presidenta de la asociación ,Lidia Lizarraga, "no teníamos un duro", afirmaron ambas.

Para suplir a las clásicas uvas blancas se les ocurrió festejar las Campanadas con polvorones. "Pensamos en polvorones en Navarra y pensamos en Anaut, llamamos y nos dijeron que les parecía una idea genial", destacó Iturralde. La combinación de los dulces vino de la mano del moscatel, esta vez de la mano de Ochoa. "Nos mandaron 60 botellas, súper bien", afirmaron agradecidas ambas. El paso de las ediciones ha supuesto también la entrada de nuevos patrocinadores como La Sierpe, encargada del vino en esta edición, que contó también con la presencia del Ayuntamiento de Pamplona, Gobierno de Navarra, Caja Rural de Navarra, Antonio Anaut, Track FM y Pirotecnia Fiesta.

concurso de gorros Las niñas y niños que engloban la asociación ANA fueron partícipes en uno de los concursos que se mantienen a lo largo de estas cinco ediciones: el concurso de gorros navideños. El martes, decenas de menores, acompañados de sus progenitores fueron exhibiendo sus creaciones con motivos de la Navidad para optar al gran premio de 300 euros. "Al principio repartíamos 100 euros al ganador que nos daba la Caja, fuimos organizando y salió bien", expresaba Conchi Iturralde. A esa ayuda se sumaron otras que permitieron dar impulso a la celebración.

El martes, además del concurso ya tradicional, la organización planteó actividades desde las 9 de la mañana como una gynkana para los más pequeños basada en los comercios del barrio. Al grito de "¿De qué color son los ojos del vendedor de tal tienda? o ¿De qué van disfrazados los patos del escaparate cual?". Cuarenta preguntas en total acompañadas de cuarenta premios a cargo de cada comercio. También hubo aperitivos, vinos, chuches, polvorones y fuegos artificiales.

continuidad Desde la asociación resumieron que la actividad seguirá "mientras tengamos personas que colaboren y patrocinen, se podrá seguir haciendo", expresó Lidia Lizarraga, presidenta de la asociación que aglutina a 41 comercios de la zona. El esfuerzo de cada año está recompensado de largo. "Al final queda bonito, a las 8 y media de la mañana pensábamos si iba a venir gente y mira", remarcó Iturralde.