todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad sin prejuicios ni exclusiones". Sobre esta premisa se ha construido el montaje escénico Viejos mundos nuevos, el cuarto en la serie que Ados Teatroa ha promovido dentro del proyecto Derechos Humanos a Escena, apoyado por el programa Innova Cultural de la Fundación Caja Navarra y Obra Social la Caixa. Las personas en rehabilitación o con problemas de salud mental a causa de adicciones son el centro de este trabajo al que se une también el concepto de recuperación de pueblos o territorios vaciados a los que se les da una nueva vida. En este caso, el equipo se fijó en Zorokiain, en el Valle de Unciti. El espectáculo se estrenará este viernes, 31 de enero, a las 21.00 horas en el teatro de Ansoáin.

Primero fue Derecho al trabajo; después El baile de los años; en tercer lugar, Que nadie camine por mi mente con los pies sucios, y ahora llega Viejos mundos nuevos. En las cuatro propuestas ha habido elementos en común. Como la proximidad, ya que siempre se desarrollan con la participación en el proceso creativo de colectivos en riesgos de exclusión. Así, en esta ocasión han tomado parte personas que están peleando "por reciclar su vida". Algunas proceden de Proyecto Hombre, en concreto usuarios en régimen abierto, y otras de Mentalia Pamplona, que tratan a individuos con trastornos mentales motivados por el consumo de sustancias y a exreclusos que están conmutando condenas de prisión con procesos de rehabilitación. También la Asociación Errekazar de Zorokiain, compuesta por nueve familias que llevan seis años trabajando para recuperar el pueblo y convertirlo en su hogar, cambiando el entorno urbano por el rural.

Otro de los pilares fijos de los proyectos de Derechos Humanos a Escena es la multidisciplinariedad. Y es que no solo se reúnen sobre un mismo escenario personas sin ningún tipo de formación escénica, sino también profesionales con los que trabajan "en pie de igualdad", recuerda el productor de Ados Teatroa, José Antonio Vitoria. Por la parte profesional, además de los intérpretes participan Acrónica Producciones, en el apartado audiovisual, y Asín Sound, en el sonoro y como coproductor del montaje. "Los profesionales aportan toda su experiencia y saber hacer, pero a cambio sacan grandes aprendizajes por el contacto con estas personas que están tratando de cambiar sus vidas con el riesgo de marginación que eso supone", incide Vitoria. En definitiva, en Viejos mundos nuevos hay piezas de audio, audiovisuales, artes escénicas, artes plásticas, música, psiquiatría, psicología, innovación social y asociacionismo.

Y el tercer soporte, el proceso. Esta clase de proyecto se mantiene siempre abierto a las aportaciones de quienes lo acompañan directamente, pero también atento a sugerencias de quienes les siguen en redes sociales, acuden a los ensayos, a las funciones... Es un work in progress en toda regla.

La cultura como transformadora

Un lenguaje propio

Ados Teatroa optó por el tema de la rehabilitación para la propuesta de este año "tras conocer el año pasado, con motivo de la creación de Que nadie camine por mi mente con los pies sucios, a personas con trastornos mentales causados por adicciones", comenta el productor. Y añade: "Nuestra primera idea fue trabajar con personas reclusas que estaban conmutando sus penas por participar en programas de rehabilitación, pero fue complicado y no nos quedamos solo ahí y ampliamos", de modo que integraron también a usuarios de Proyecto Hombre "que ya están en régimen abierto". El tercer ingrediente fueron las familias de Zorokiain. A priori, puede parecer que esta tercera pata no conecta con las otras dos, pero "quienes empezar de nuevo necesitan un motor y nos pareció que podía ser bueno ponerles en contacto con los miembros de la Asociación Errekazar, que, de algún modo, al salir del ámbito urbano también tienen un riesgo de exclusión, pero que han apostado fuerte por su decisión y en estos años lo primero que han hecho ha sido recuperar los espacios comunes; ahora es cuando están construyendo sus casas".

El pueblo del Valle de Unciti acogió la primera reunión del proceso, "y allí salimos a grabar sonidos en el campo", que luego se han integrado en el espectáculo, que no se basa en un texto narrativo al uso, sino en aportaciones "que han ido surgiendo durante el proceso". En Derechos Humanos a Escena "usamos un lenguaje no convencional, con gran contenido visual e influencia del arte de la performance", apunta el productor, que confiesa que en esta ocasión han tenido que realizar el montaje en tiempo récord, apenas cuatro semanas, con residencias en Villava, Zizur Mayor y Ansoáin. Eso sí, los dos meses anteriores "nos encontramos un par de meses al mes para abordar distintos temas y hacer puestas en común".

El resultado es Viejos mundos nuevos, cuyo estreno será este viernes en Ansoáin. La segunda función se celebrará el 16 de marzo en la casa de cultura de Villava (19.30) y ya hay dos más cerradas en Álava.

en corto

Obra. Viejos mundos nuevos. (Derechos Humanos a Escena 2020).

Estreno. Viernes, 31 de enero en el teatro de Ansoáin.

Producción. Ados Teatroa (adosteatroa.com) y Asín Sound.

Audiovisuales. Acrónica Producciones.

La historia. Viejos mundos nuevos tiene que ver con el derecho de cualquiera a cambiar su vida sin sufrid marginación. Surge de dos mundos aparentemente desconectados, pero que tienen en común el riesgo de exclusión: quienes viven en entornos rurales y las personas en rehabilitación por algún tipo de dependencia.

Ados Teatroa. La compañía mantiene dos líneas de trabajo. Una tiene que ver con la creación y exhibición de espectáculos escénicos para público en general (Dublineses, Lu eta Le, etc) y otra relacionada con la cultura como agente de transformación social. Aquí encaja Derechos Humanos a Escena. "Nos supone mucho trabajo, pero queremos que Ados siga asociada a este sello", dice J.A. Vitoria.