irculan en redes sociales llamadas a la cordura y exabruptos por el retorno a los pueblos, huyendo del coronavirus, de vecinos que de habitual residen en las ciudades. “Se pegan todo el año en la capital y ahora que están infectados, todos al pueblo. Qué bien estábamos cuando solo había un tonto en cada pueblo”, se quejaba un airado vecino en Whatsapp. “Ir a pasar la cuarentena al pueblo es insolidario e irresponsable. Seguid las recomendaciones de los sanitarios y quedaos en casa, que solo os acordáis de la España vaciada cuando truena”, se podía leer también.

Esa “España vaciada” quiere seguir siéndolo, al menos mientras dure la alarma sanitaria. A la etiqueta de twitter #yomequedoencasa se le ha unido el hastag #yomequedoenlacapital. Y varios alcaldes de pequeños municipios del Estado han tenido que hacer un llamamiento público a la responsabilidad ante el aumento de emigrantes que regresan estos días al pueblo.

A tenor de las impresiones expresadas ayer por alcaldes y alcaldesas de distintos puntos de la Comunidad Foral, este éxodo urbano no parece que se esté produciendo en Navarra. Al menos no de una forma reseñable.

El presidente de la Federación Navarra de Municipios y Concejos, Juan Carlos Castillo, recordó ayer las recomendaciones trasladadas a todas las entidades locales. “Si lo que estamos diciendo es que se paralice toda actividad municipal y se cierren las instalaciones, lo lógico es que la gente se quede tranquilamente en casa y evite situaciones de contacto y desplazamientos innecesarios”, explicó. Nuevamente apeló a la responsabilidad para que “no traslademos a otro pueblo lo que no queremos que pase en el nuestro”, dijo.

La alcaldesa de Roncal, Amparo Viñuales, reconocía ayer a mediodía que “ha venido muy poca gente este fin de semana, están siendo muy coherentes. Estamos los de casa, nunca mejor dicho. Mucha menos gente que otros fines de semana”. Por su parte, la primera edil de Otsagi, María Carmen Recalde, no se atrevía a asegurar nada porque no veía más pueblo que el que le delimita el marco de su ventana. Pero por lo que tiene cerca, su cuadrilla de Pamplona y su hija, que también vive en la capital, “no han venido, se han quedado por si acaso. Mi hija tenía ganas, pero no viene por hacer las cosas bien”, comentó. En condiciones normales, una mañana como la de ayer Otsagi estaría hasta arriba de vecinos y visitantes. Sin embargo, “está todo muy parado. A mí me parece que la gente está concienciada y respetando”. Al menos desde su ventana “por las calles desde luego no se ve nada”, dijo.

“No hemos detectado que haya venido gente que tenga aquí su segunda residencia”, explicó por su parte el alcalde de Baztan, Joseba Otondo. “Últimamente, como los fines de semana hacía buen tiempo, se veía bastante movimiento. Y el trasiego que se ve hoy por las calles es mucho menor. No estamos viendo que la gente se haya retirado a Baztan a pasar este periodo de contingencia”, aseveró. Dentro de la “alarma y circunstancias excepcionales, hay normalidad”, apuntó.

Una localidad con gran afluencia de turistas como Olite también vivía ayer con tranquilidad una jornada excepcional. “Hay muchísima menos gente. Un fin de semana normal estarían las terrazas llenas, y había cuatro personas contadas”, comentó la alcaldesa Maite Garbayo, que salió de casa por la mañana para hacer la compra. El Ayuntamiento de Olite decretó el cierre de instalaciones municipales el jueves. “Siempre hay algún despistado, pero es anecdótico”, dijo sobre la presencia de turistas.

Gorka García, alcalde de Corella, salió de casa ayer por la mañana para ver “cómo se palpaba el ambiente”. Igual que los demás, la “sensación es de tranquilidad, todo muy vacío. La gente está siendo muy coherente y responsable... Yo vivo junto a un parque público, y desde casa no se ve ningún niño. Y de normal esto es un hervidero de gente”, relató. Por último, el alcalde de Artajona reconoció que “no hay apenas movimiento. Estamos los que estamos, no hay ninguna cosa extraordinaria”.

“Ha muy poca gente este fin de semana, están siendo muy coherentes”

Alcaldesa de Roncal

“La sensación es de tranquilidad, todo muy vacío y muy poca gente”

Alcalde de Corella

“Hay despistados, pero es anecdótico. La gente se ha quedado en casa”

Alcaldesa de Olite