- Uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus es, sin duda, el sector turístico. En la comarca Baztan-Bidasoa cientos de personas dependen, directa o indirectamente, del turismo, y el impacto económico que sufrirá la comarca será muy grande, todavía incalculable.

Patxiku Irisarri, presidente de la Asociación Baztan-Bidasoa Turismoa, es claro: "como mínimo los primeros 6 meses del año, los damos por perdidos". Precisamente cuando los visitantes iban a empezar a venir a la zona, el coronavirus ha truncado las ganas y la necesidad de trabajar de mucha gente. "Es a partir del puente de San José cuando empieza a haber trabajo", apunta Irisarri. En este puente y en Semana Santa más del 80 % de los alojamientos se llenan, pero este año todos nos vamos a quedar a cero", lamenta. "Hasta Semana Santa todo se ha cancelado", comenta. La incertidumbre creada en torno al coronavirus parece que afectará también a meses posteriores, y ya se está notando "algunos clientes ya han empezado a cancelar las vacaciones de agosto". Irisarri lo entiende, "es normal, todos vamos a sufrir directamente las consecuencias del coronavirus, y si en una casa no entra dinero, lo primero que se suprime es el ocio". "Más de 200 casas rurales, hoteles, hostales, albergues, bares, restaurantes, empresas de aventura, y además toda la gente que trabaja alrededor del sector, es mucha gente, habrá que ver en qué queda esto, todavía es pronto para hacer cálculos, pero el golpe será bestial", apunta.

Uno de los muchos afectados por la falta de turistas es el Hostal Trinquete Antxitonea, de Elizondo. Su dueño, Francis Urrutia, abatido, ve cómo día a día recibe numerosas llamadas para cancelar las reservas. "El peor día fue anteayer, con 140 cancelaciones". El hostal cuenta con 24 habitaciones, además de bar y restaurante. El pasado sábado salió el último cliente, y el domingo cerraron el bar y el restaurante por el estado de alarma, pero el hotel también está cerrado, "¡cómo vamos a abrirlo si no tenemos clientes!". Los clientes del hotel son turistas, y ya no quedan. Se muestra muy preocupado, "no sé cómo saldremos de ésta". Francis regenta el hostal junto a su mujer y cuentan con dos trabajadoras, en temporada baja, a las que se iban a sumar tres más a partir del fin de semana pasado, pero no han podido contratarlas. Los clientes ya han empezado a cancelar reservas de mayo y hasta junio, por lo que no ve la luz al final del túnel.

En la Posada de Elbete, la situación es similar. El pasado sábado echaron el cierre, justo antes del estado de alarma. Belén Urrutia, dueña y cocinera de la Posada mira al futuro con incertidumbre. "Los próximos meses van a ser meses perdidos", comenta, meses, además que tenían repletos de reservas, con el puente, la Semana Santa, y luego las kinto bestak, comuniones€ todas anuladas hasta mayo. Meses de mucho trabajo que no van a poder recuperar. Belén y su marido, Karlos, autónomos, esperan recibir algo de la ayuda anunciada por el gobierno, pero tendrán que seguir pagando la cuota de autónomos, por lo que se quedará en nada. Además, tienen 5 trabajadores, a los que tendrán que aplicar el ERTE, para poder seguir adelante. Belén espera que esto sirva para algo, y apunta: "¡a ver si nos acordamos de los pequeños cuando esto se acabe!".