- Lo mismo se desescala que se añaden peldaños a una escalera que no alcanzará su destino. Como el 4 de abril, en una realidad extraña la capilla de San Fermín ofreció ayer una dosis de normalidad con su habitual misa de la escalera. Pero el 5º peldaño no era normal: el primero tras el anuncio oficial de la suspensión de las fiestas. En este contexto de pandemia mundial "estaba totalmente decidido a suspender las misas de la escalera. Pero la gente se revolvió y me dijeron que ahora es cuando más hace falta esto. Incluso personas no creyentes que tienen afecto a San Fermín porque es una figura atractiva desde muchas perspectivas, el mundo de la fe, de la tradición, la cultura, la música, la identidad...", explicaba ayer el párroco de San Lorenzo, Javier Leoz. Con esa premisa dedicó la misa del 4 de abril a las víctimas y los afectados por el coronavirus. Y de común acuerdo con varios corredores del encierro que le trasladaron la sugerencia, la de ayer fue "una caricia a uno de los colectivos más afectados de las fiestas de San Fermín, en un acto de gran belleza y espectacularidad. Echaremos en falta el cohete de la mañana, las campanas de San Cernin, la salida de los toros... pero sobre todo esas calles teñidas en blanco y rojo de miles de corredores", concretó Leoz. En su homilía, destacó que "lo importante es que el año que viene faltemos cuantos menos, mejor. Demasiados se han ido con los sones del silencio", lamentó sobre una enfermedad "traicionera y con más mortalidad que la cornamenta de decenas de miles de encierros que se puedan celebrar". Por último, Leoz avanzó que la misa del último peldaño, presidida por el arzobispo, hasta donde permita el protocolo y previsiblemente con un 50% de aforo, será un homenaje al sector sanitario, policías, transportistas... "y a todos los que han hecho algo por los demás" en esta crisis.

A los 8 o 10 habituales de misa diaria les acompañaron ayer en la capilla los corredores Teo Lázaro, Jesús Domínguez, Sergio Lacalle, Andoni Agirregoicoa, Javier Munárriz e Iñigo San Martín. También el pastor ya retirado Vicente Martínez, Chichipán, Pedro Bañales, organizador del encierro durante más de tres lustros, y el acordeonista Andoni Gastaminza, que interpretó dos piezas sanfermineras. Munárriz, feligrés de la parroquia y habitual en el encierro desde hace 7 años, consideró sobre la misa en su honor que "aunque somos corredores anónimos, se agradece que se acuerden de nosotros. Casi todos los días del año pensamos en el encierro y nos preparamos para hacerlo bien". Dijo que ahora lo principal es la salud y que "llegarán años de celebrar el encierro como debe ser. El año que viene lo cogeremos con el doble de ganas". Ya falta menos.