Las terrazas de Pamplona y la Comarca han mutado con el coronavirus. Un fenómeno en expansión que le araña terreno a plazas, aceras e incluso a la calzada. Por ejemplo, a comienzos de mes a la capital navarra ya le habían brotado 870 nuevas mesas y 3.480 sillas, con un incremento algo superior al 50% y una media de 3,6 mesas y 14 sillas más por bar. Esta nueva realidad, aseguran además desde Policía Municipal de Pamplona, no altera la convivencia vecinal más allá de lo habitual: la llegada del buen tiempo saca a la gente a la calle y siempre hay más molestias e intervenciones por el ruido.

Con las barras fuera de combate y las fuertes restricciones en el interior, las terrazas se han convertido en la principal fuente de ingreso de los establecimientos hosteleros. En la medida de lo posible, los ayuntamientos están facilitando estos espacios. Y en la mayoría de casos Pamplona fue el último en anunciarlo, han suspendido en 2020 las tasas por la ocupación de suelo público. Para La Escabechina la terraza ha sido su gran asidero. "Sin ella no hubiera merecido la pena abrir", cuenta Juanjo Elorz, uno de los tres socios de este bar situado en Monasterio de Urdax. En una plaza diáfana y amplia "la terraza está funcionando.

Y somos los únicos de la zona", dice sobre el primer golpe de suerte de un bar que empezó con mal pie: se inauguró dos semanas antes de decretarse el estado de alarma. Casi no habían abierto y ya tenían que cerrar. "Se nos vino el mundo encima, pero ahora tenemos buenas sensaciones. Sobre todo si acompaña el tiempo. La gente está respondiendo muy bien. Les gusta el bar, están contentos y entiendo que vamos a seguir trabajando bien", concreta Elorz. En origen tenían permiso para 12 mesas bajas y dos altas, pidieron la ampliación cuando el real decreto marcaba un 50% de ocupación y les concedieron cuatro mesas más "en la zona del local contiguo, en la que no hay nada". Y se quedaron con 10 mesas. Ahora mismo, con el 75% del aforo permitido, tienen 12 mesas bajas y dos altas. "Es la terraza inicial, pero me han cambiado la ubicación", finaliza Juanjo. Sobre todo, mandan los dos metros de distancia de seguridad. Han ganado espacio para tener lo mismo.

"Es lo que te da la vida"

"Está claro que tener la terraza es lo que ahora te da la vida", cuentan desde el Panadero de Eugui, que inauguró en junio de 2018 su tienda de Carlos III con capacidad para 43 mesas y unas 80 sillas en su terraza. "Ahora, con el mal tiempo, baja un poco. Pero es una terraza que siempre ha funcionado muy bien", reconocen. En su caso, ahora tienen 13 mesas dentro de la carpa y 8 más fuera que les ha concedido el Ayuntamiento. Y en su establecimiento de Huarte, también con el consentimiento del Consistorio, lo que han hecho es quitar espacio de aparcamiento en el parking, delimitar la zona con jardineras y ganar ahí varias mesas.

En Huarte "la suerte que tenemos es que la mayoría de los bares tienen la suficiente acera como para poder ampliar", explica Juanmi Cantero desde Policía Local. La idea del Ayuntamiento era ganar espacio para conservar el mismo número de mesas, y aunque "en todas no hemos podido llegar al 100%, sí se han conseguido ampliar bastante", dice Cantero. Ocho bares o cafeterías han ampliado su terraza, en tres el espacio no lo permitía y no han podido y dos bares más todavía no han abierto.

El Marley de la calle Zarraondoa ha sido uno de los beneficiados por la medida. Le ha venido muy bien. "Disponemos de las 18 mesas que hemos tenido siempre, pero distribuidas de forma diferente, acorde a la normativa", explica Iñaki Nieto. "Hemos tenido suerte porque el espacio lo permite, el Ayuntamiento se ha portado bien y la gente de Huarte también. Tenían ganas de salir y disfrutar después de tanto tiempo en casa", concreta. El bar recuperó la actividad el sábado posterior a la norma que ya permitía las terrazas. Lo hizo con sus 18 mesas "y sacando a todos los empleados del ERTE". Iñaki dice que el trabajo depende mucho del clima, pero incluso han reforzado la plantilla con dos medias jornadas para la temporada de verano. Y han incorporado el servicio de terraza. "Antes no lo teníamos, nos ha gustado y lo mantendremos.

Aunque da un poco más de trabajo, hemos decidido mantener los precios en terraza", concluye. En Berriozar la ampliación ha sido consensuada con los establecimientos. "Se ha ido con Policía Municipal bar por bar", dice el alcalde Raúl Maiza. Con el compromiso de que "si los aforos recuperan la normalidad las terrazas también volverán a su situación de origen". Eneko Vizcay celebró el pasado 8 de junio 13 años al frente del K+DA de la calle Etxaburua con "el 100% de la terraza, pero con distanciamiento. Nos ha venido muy bien porque sin terraza no hubiéramos hecho nada. Nos da mucha vida", explica. Y argumenta que "cuando abrimos en mayo solo con la terraza, se ha trabajado muy bien. Han bajado los pintxos, los menús... pero el poteo ha subido mucho. El bar que ha podido trabajar con terraza en mayo ha tirado más cerveza que otros años. Ha sido una salvajada. Es verdad que ha sido un mayo de mucho calor y ahora está más tranquila la cosa".

La calle, buena solución

El secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, Nacho Calvo, valora positivamente la medida por dos motivos. "Aunque siempre hay excepciones, el Ayuntamiento es de los que más nos está ayudando. Y con las barras todavía sin abrir, la calle es una solución buenísima. Al menos para compensar y no tener a partir de ahora tanta pérdida". Además, han pasado cuatro semanas desde que las terrazas se pusieron a funcionar "y no ha habido rebrote.

Estamos aplicando protocolos que nos hemos auto impuesto para que el cliente y el trabajador estén a gusto. Un trabajo potente y que se ha demostrado que funciona". Como aspecto a mejorar, dice que si la Organización Mundial de la Salud habla de un metro de distancia de seguridad y países como Francia o Italia aplican esta medida en sus terrazas, "lo razonable sería ese metro para no perder competitividad. Y ya estaríamos cerca de la normalidad".