an estado en el punto de mira durante los últimos meses, y continúan en el candelero. Es cierto, eso sí, que la imagen de una juventud despreocupada, inconsciente e irresponsable no siempre se corresponde con la realidad. Tampoco en plena pandemia. Porque como todos, los jóvenes también han tenido que afrontar un duro confinamiento, buena parte de ellos en el hogar familiar. Y tuvieron que renunciar a las quedadas en la calle. En plazas, bajeras o aulas, ni grupos de música ni ensayos de teatro ni clases de pintura. Nada de socializar.

Esta nueva realidad y ese periodo de adaptación, los retos, necesidades y reivindicaciones del colectivo fueron ayer los puntos del debate en la Mesa de la Juventud, un lugar de encuentro entre el colectivo y la Administración que -con la covid-19 como telón de fondo-, sirvió también para estrechar lazos y recuperar el contacto.

Un total de 23 asociaciones juveniles fueron llamadas a la mesa, en la que reclamaron espacios para poder realizar sus actividades, “ya que durante el verano se ha ido resolviendo con actos al aire libre pero en invierno habrá problemas”, y también que se visibilicen todas esas acciones y trabajos por la comunidad que el colectivo ha llevado a cabo en este tiempo de pandemia, “para que los jóvenes puedan servir de ejemplo y emprender cambios hacia un ocio saludable, en contra de las informaciones negativas que se han difundido sobre nosotros”, señalaba ayer Adela González, de la Escuela de Monitores de Tiempo Libre. Ella también reivindicó que sería necesario estudiar la afección que la crisis del covid tendrá entre los jóvenes “a nivel emocional, en lo relacionado con la inseguridad y la salud mental, ya que también afecta. Es importante y preocupante”.

El acto estuvo presidido por el concejal delegado de Educación, Participación Ciudadana y Juventud del Ayuntamiento de Pamplona, Fernando Sesma, y en él participó también el concejal especial de Juventud, Fernando Aranguren. Tras la constitución de la Mesa de la Juventud, se trató la adaptación del funcionamiento de este órgano al nuevo Reglamento de Participación Ciudadana del Ayuntamiento, que ya está en vigor. Desde otras entidades reclamaron medidas en inserción laboral, otro de los factores que les preocupa, y mucho. El Consistorio avanzó que han ampliado la convocatoria de ayudas para jóvenes emprendedores y trabajará en fomentar el empleo entre el colectivo, además de hacer un llamamiento a la responsabilidad, a la implicación y plantear alternativas deportivas y culturales para evitar el ocio nocturno que se concentra en los bares.

Se creará, además, un grupo de trabajo para abordar todas estas y otras iniciativas a largo plazo, conformada ya la Mesa de la Juventud como espacio de debate e información, en el que ambas partes compartieron la situación en la que se encuentran y hacia dónde quieren ir. “Es también un órgano consultivo, se busca escuchar la voz de los jóvenes en los temas de actualidad y que a ellos les importan para que eso también impregne el trabajo que se hace en el Consistorio de cara al colectivo”, explicaba ayer Manolo Goñi, técnico de la Casa de la Juventud.

Y es que Iruña, asume Goñi, “es un buen sitio para el asociacionismo: el colectivo joven está muy vivo, hay muchas asociaciones y muy variadas, que además son muy activas”. Es así, también, “porque ven que tienen ventajas y existe una respuesta, ese respaldo para poder llevar a cabo sus proyectos”. Lo hacen ahora en espacios seguros que también han tenido que adaptarse a la nueva situación: en la Casa de la Juventud, que sólo se ha mantenido cerrada durante el confinamiento más estricto, van poco a poco recuperando la normalidad, si es que puede llamarse así. “La covid es un tema muy candente y al colectivo joven también les ha afectado mucho, sobre todo, a la hora de ejecutar sus programas. Otros años ha habido muchas más actividades que este año no se han podido realizar. Y las que se han llevado a cabo, han tenido que transformarse”.

También supone un handicap tener que ceñirse a una nueva normativa, contratar más monitores o hacer gastos extra en determinados materiales. “La Casa de la Juventud está ahora recibiendo las solicitudes de uso del espacio para el año y hay una demanda muy fuerte, de hecho hay tanta que resulta complicado encajar a todos”, explica el técnico. Utilizan las instalaciones unas 80 agrupaciones al año, no sólo asociaciones, sino también grupos informales de teatro, música o danza, que comparten espacio con un amplio abanico de sectores: desde el deporte y el ocio hasta los videojuegos y las nuevas tecnologías, los más novedosos. Además de disponer de espacios, reciben también información y asesoramiento para lanzar sus propios proyectos y actividades, organizar campeonatos y eventos y ser ellos quienes tomen la iniciativa y el protagonismo.

El salón de actos, que antes acogía hasta 180 personas, ahora funciona para un aforo de 50, y es que tal y como explica Goñi, “están teniendo mucho cuidado para que sea un espacio seguro para la juventud, adaptado a la normativa y cumpliendo con todas las medidas de seguridad. De esa forma se ha logrado mantener un recurso municipal que está activo, que sigue ofreciendo todo lo que estaba ofreciendo hasta ahora pero adaptado a las circunstancias”.

Colectivo Joven. Desde el colectivo joven demandaron ayer más espacios en los que poder realizar sus actividades, además de la continuidad en sus propios locales. El empleo y la inmersión laboral, junto a la afección emocional de la pandemia, fueron otros de los temas que salieron a debate.

El técnico de la Casa de la Juventud, Manolo Goñi, señaló ayer que las actividades y eventos que se realizan en la Casa de la Juventud se han adaptado a la normativa.

“Tenemos que servir de ejemplo y hacer cambios hacia un ocio saludable”

Esc. Monitores de Tiempo Libre