Hace seis años que El Costurero de Ana subió la persiana en Zizur para realizar todo tipo de arreglos y reconocen que estos últimos meses han sido muy duros. “Todos sabíamos que tarde o temprano tendríamos que abrir, pero no qué panorama nos encontraríamos. En Zizur la respuesta ha sido muy buena, aunque cuando la hostelería cierra nos afecta a todos, la gente no sale y tampoco entra a las tiendas. Nos obliga a todos a trabajar a un ritmo menor aunque estar abiertos siempre es un consuelo y una ayuda”.

Explica que la implicación del Ayuntamiento de Zizur “ha crecido de un tiempo a esta parte y no nos podemos quejar, estamos contentos. Los propios comerciantes hicimos una especie de tómbola y hace tiempo que queremos impulsar una mesa de comercio. La gente, los políticos, todos nos hemos dado cuenta de que el pueblo no es el mismo sin comercio, porque ayuda a que tenga vida, a que no sea una ciudad dormitorio”, valora.

Es necesario, dice, “concienciar a la ciudadanía de que el comercio local es importante, y que está para ayudar a los vecinos y vecinas. Ahora que está tan de moda lo de comprar por internet hay que volver a las viejas costumbres y acudir a los comercios donde, cuando entras, te llaman por tu nombre; te preguntan por tu madre y cómo están tus hijos. Los que te conocen. Nuestra forma de luchar debe ser esa, estar juntos y apoyarnos todos los comercios y servicios del pueblo”.