- Casi de incógnito, los Reyes Magos de Oriente recalaron en la villa. Y es que la situación actual obligó a Melchor, Gaspar y Baltasar a extremar las medidas de protección para evitar la propagación de la covid-19. Cómo señalaron, les habría gustado pasearse por las calles de Altsasu, lanzar caramelos desde lo alto de sus carrozas y estar más cerca de los y las txikis pero este año no ha podido ser. Así, el encuentro fue en el centro cultural Iortia, con entrada y mucho orden. Lo cierto es que se entró en grupos de convivientes previa desinfección de manos, con mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad

Ya en el interior, los niños y las niñas pudieron charlar con sus Majestades, quienes destacaron la importancia de las cosas no materiales como la amistad. No obstante, les aseguraron que habían tomado buena nota de los deseos de los y las txikis. Por si acaso, algunas se animaron a decírselos en directo, como una muñeca Frozen. "He visto unas cuantas preparadas", aseguró Melchor. En total hubo tres sesiones en las que pasaron más de 300 txikis y mayores, encuentros de unos 10 minutos entre los que se desinfectaba y ventilaba la sala.

Para tanto trabajo, los Reyes Magos y su séquito contaron la ayuda de miembros de las apymas de Zelandi Eskola e Iñigo Aritza Ikastola y algunas personas de la desaparecida Comisión Pro-Cabalgata. Ayer también visitaron a los mayores de la Residencia Aita Barandiaran y la Clínica Josefina Arregui.