El Ayuntamiento de Pamplona no para de recibir malas noticias sobre la presa de Santa Engracia.

Si hace unos días tuvo conocimiento de la resolución de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que no autoriza el proyecto de reparación presentado por Navarra Suma y le da un plazo para su demolición, ahora se ha sabido que la Asociación Hispánica Nostra, que había incluido a esta presa como un elemento a recuperar, ha cambiado de opinión.

En el documento que aparece en su página web, la Asociación Hispánica Nostra hace suyas las conclusiones de la Confederación con respecto a las mejoras medioambientales que supone la eliminación de obstáculos del cauce fluvial y se opone a la reconstrucción del azud.

Para el Ayuntamiento, el valor histórico de la presa y las actividades del Club de Remo han sido los dos argumentos más utilizados para defender la reparación. De ahí el interés en destacar el interés histórico que representa el azud, construido en el siglo XIII, al igual que hizo inicialmente la Asociación Hispánica Nostra, que la incluyó en la lista roja del patrimonio ante su posible desaparición.

El informe elaborado por la CHE, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y competente en materia hidrográfica, ha sido decisivo para el cambio de postura sobre la presa de Santa Engracia.

En su análisis, Hispánica Nostra detalla que el azud se encuentra en “estado de ruina” y que presenta un “amplio deterioro a pesar de la rehabilitación del conjunto en 2015. Recuerda que en 2018 sufrió una pequeña rotura, “que con el paso de los meses se ha agrandado” y da algunos datos sobre su historia.

Así, señala que fue construida en el siglo XIII con piedra de sillería para servir al molino harinero municipal y que a lo largo de los siglos ha sufrido diferentes arreglos. Es de mampostería y refuerzos internos de madera y su trasdós está protegido por un entablamento de madera de roble. La permanente humedad de la misma ha permitido la conservación de estos elementos de madera. Se apoya contra el puente de Cuatro Vientos, del siglo XVIII, aprovechando su ojo oeste para el paso del canal del molino.“Dinámicas naturales”

Frente a la propuesta de arreglo, la Asociación Hispánica Nostra considera que es “necesario hacer compatibles las dinámicas naturales del río Arga con la conservación de su patrimonio cultural” y que sería “conveniente trabajar a favor de la recuperación ecológica del río, su flujo natural y el bosque de ribera, al mismo tiempo que documentar y mantener los restos más antiguos y valiosos de la presa, sin proceder a su reconstrucción”.

La propia Confederación Hidrográfica no descartó en su informe la opción de que se puedan mantener algunos restos, permitiendo una demolición parcial de la presa por el valor histórico que representa y dado que se encuentra en tramo urbano.

Atendiendo a estas dos consideraciones, la Confederación permite que el proyecto de demolición que debe presentar el Ayuntamiento en un plazo no superior a 9 meses “proponga una demolición sólo parcial” para mantener los restos históricos del azud que se “consideren relevantes”.

Y aquí vienen los matices, ya que los técnicos de la CHE recuerdan que la intervención debe ajustarse a una “restauración de la obra primigenia singular, acorde a acorde a sus características constructivas, minimizando su altura, utilizando materiales adecuados, permeabilizando la estructura para permitir el paso de peces y sedimentos”.

Es decir, descarta un arreglo como el que propone el Ayuntamiento y en cambio sí permitiría una intervención de menor alcance como testimonio del pasado de la presa.

En este supuesto, será necesario un informe del Gobierno de Navarra y la CHE valorará “la declaración de la presa como Bien de Interés Cultural por la administración competente que justificara su restauración parcial siempre que fuera compatible con los objetivos ambientales del río”.

Revés inesperado

Que la Asociación Hispánica Nostra se oponga ahora a la restauración de la presa y secunde las tesis de la Confederación deja casi sin argumentos a Navarra Suma.

De momento, el Ayuntamiento mantiene la idea de reparar la presa. Según aseguró el pasado lunes el concejal de Proyectos Estratégicos Fermín Alonso, el equipo de Gobierno está estudiando todas las posibilidades para ver la forma de recurrir la resolución de la Confederación Hidrográfica del Ebro que no le autoriza hacerlo al considerar que la eliminación de la presa supondrá “una importante mejora hidráulica, ecológica, paisajística y ambiental”.

No fue más preciso el representante de Navarra Suma sobre cómo piensan sortear el informe de la CHE, pero comentó que “el Ayuntamiento va a agotar todas las vías para rehabilitar el azud de Santa Engracia, que es un elemento histórico de la ciudad y lo va a hacer por razones medioambientales en primer lugar pero también históricas, culturales, sociales y deportivas”.

Navarra Suma también deberá dar explicaciones en la Comisión de Urbanismo y responder a varias preguntas planteadas al respecto.

Bildu ha pedido que se presenten alternativas para la recuperación de una parte de la presa derruida en la línea de lo que autoriza la Confederación Hidrográfica del Ebro y que se retomen los trabajos con el Club de Remo para encontrar una alternativa para mantener su actividad deportiva en otro tramo del río.

Además, queda pendiente la aprobación del Plan Fluvial que el equipo de Gobierno presentó a finales de junio, donde se plantea la restauración de la presa de Santa Engracia, sin conocer la última resolución de la CHE.