- Hace 5 años asumió la Dirección del Centro de Salud de Auritz-Burguete y desde hace 2 años y medio es Jefa de la Unidad de Enfermería. En este tiempo, Angelines Munárriz ha ido dando respuesta a una grave situación de personal que se ha visto acuciada por la pandemia, pero la falta de entendimiento con la Jefatura de Sección Asistencial de Enfermería de la zona Norte ante su "nula gestión", le ha llevado a presentar su dimisión.

¿Cuál es exactamente el motivo por el que presentas tu dimisión?

-Hasta el año pasado he tenido autonomía de gestión y nos apañábamos muy bien, pero cambió la Jefatura de Sección Asistencial Enfermería Navarra Norte. En este tiempo, he presentado varias propuestas como contar con un personal estable y que se incentiven los puestos de difícil cobertura porque para mí lo prioritario es que haya un equipo de continuidad, pero siempre me las deniegan diciendo que hay unas normas estrictas. Lo único que me proponen es denegar vacaciones a mis enfermeras y yo no estoy dispuesta a hacer, porque la gente tiene sus derechos y más después de este año durísimo.Para gestionar como quieren, denegar vacaciones y tirar de listas, a mí no me necesitan.

¿Cómo era la respuesta del Departamento de Salud hasta ahora?

-Nos han dejado hacer porque creo que en los últimos años con los premios que hemos obtenido en salud comunitaria, nos hemos ganado un respeto y la máxima era que "lo que funciona, no lo toques". Ahora mismo hay 12 enfermeras, aunque nos falta 1 enfermera y media y yo gestiono unas 3500 horas al año. Siempre hemos procurado hacer contratos al 100 % y que las contratadas fuesen las mismas personas, para conseguir una continuidad y porque es un sobreesfuerzo enseñarle a cada uno que venga nuevo dónde están las epis, dónde están las gasas, cómo funciona todo. Pero ahora los contratos son precarios y si las enfermeras van a tener que meter más horas y en condiciones de maltrato, se van a marchar a Pamplona.

Y en una zona tan rural y distanciada de Pamplona como ésta, es importante contar con un buen equipo.

-Así. Por suerte, en este centro siempre hemos tenido más o menos estabilidad. Primero porque trabajar aquí es una gozada: se usan los recursos convenientemente, la gente es súper agradecida y tienes tiempo para poder dedicarle a cada paciente, hacerle un seguimiento de su evolución. Es mucho más personalizado. Y segundo, que en el centro hay muy buen ambiente, el que viene no tiene intención de irse.

¿Qué funciones has tenido como Jefa de Enfermería?

-Lo primero, garantizar la asistencia, es decir, que estén todos los días del año todos los puestos cubiertos: las 4 enfermeras por las mañanas y a partir de las 3 de la tarde, las de Burguete y Valcarlos. Eso supone mucha logística detrás. Además, ha tocado organizar el material de almacén, sobre todo el de la covid-10, las vacunaciones, que han sido muy pesadas, las citaciones, que nos han colapsado los teléfonos...

¿Qué valoración haces de tu trabajo?

-He aprendido muchísimo en estos cinco años, he conocido a mucha gente y ha sido muy fácil por la buena disposición del equipo. Somos muy diferentes, pero nos respetamos y hacemos muy buen equipo, algo que creo que tardará en volverse a formar.

Tu dimisión coincide con la salida del Centro de una de las enfermeras más queridas en la zona, que se ha visto obligada a irse tras 8 años de trabajo por las condiciones de su contrato.

-Algunos piensan que lo mío es una pataleta porque se ha ido Carolina, pero no es así. Estamos muy acostumbrados a despedir a compañeros. Desde el cambio de jefatura, no se han acercado hasta aquí para escucharnos, no leen mis correos, no saben cuántas horas de enfermería gestiono, tienen que mirar el mapa para saber dónde estamos... Y para colmo, todas mis propuestas me las tumban. Es darme contra un muro, desde luego con la anterior jefa no hubiese pasado.

¿Qué esperas con tu dimisión?

-Sinceramente, no espero nada. Les convoqué a una reunión donde les presenté mi dimisión, vino el jefe de personal, vinieron sin ninguna alternativa exclusivamente a recoger mi carta de dimisión y custodiarla. Lo que más apuro me da es el "marrón" que les dejo a mis compañeras.

Parece contraproducente la delicada situación de la sanidad en las zonas rurales precisamente en un momento en el que hay voluntad para revertir la despoblación en el Pirineo.

-Participé en la mesa de Salud porque creí que era una opción para conseguir cosas. Pero al final todo queda en parches. Creo que el Pirineo es la zona más estudiada del mundo . No hay un Plan global de cómo afrontar la despoblación, tendría que haber una consejería de despoblación y si la hubiera, el primer punto sería no tocar los servicios públicos. No hay voluntad política y hay una descoordinación absoluta entre departamentos, Salud va por un lado y Cohesión Territorial, por otro.

Se han presentado dimisiones en otras zonas de salud cercanas como Aoiz. En este contexto, ¿cómo ves el futuro en la atención asistencial de las zonas rurales?

-Es muy complicado. Habiendo tanto trabajo en Pamplona y con las condiciones precarias, nadie va a querer venir. En la zona rural detectamos antes la falta de profesionales que en las zonas urbanas y ya se lo habíamos advertido a la consejera hace unos años. Falta claramente una dirección general de enfermería. Con la cantidad de profesionales que hay, esto se hubiese atajado, pero se gestiona como cuando yo acabé la carrera hace 34 años. Es un tema de maltrato al personal.

"En la zona rural detectamos antes la falta de profesionales que en las zonas urbanas"

"Si hubiera una consejería de despoblación, el primer punto sería no tocar los servicios públicos"