Cabaret, un drama con final feliz. La obra, que debido a la pandemia solo pudo representarse dos veces, llevó a lo más alto al grupo de teatro amateur pamplonés La Chácena. Fue galardonada con los premios a mejor vestuario y mejor actor el pasado 26 junio, en la entrega de premios Escenamateur Juan Mayorga de las Artes Escénicas.

Es una "fusión que atrapa al espectador y lo sumerge en un peculiar club berlinés". Cabaret sitúa a la ciudad alemana en los años 30, donde tiene lugar una historia de amor entre la estrella principal del Kit Kat Klub, Sally Bowles, y un estudiante de Cambridge, Bryan Roberts. Todo ello con el auge del partido nacionalsocialista. La obra se estrenó en el Civivox de Mendillorri el 31 de octubre de 2019 y se exhibió una vez más en Falces. "Lamentándolo mucho, porque fue una inversión de tiempo, dinero y preparación física muy grande, no vamos a poder volver a hacerla porque hay muchos actores que ya no forman parte de la plantilla", lamenta Laura Montés, miembro del grupo.

El día de la entrega, el grupo viajó a Llerena, un pequeño pueblo de Extremadura donde tuvo lugar la gala. El anfiteatro romano de Regina Turdulorum acogió a todos los nominados y algunas celebridades del mundo del espectáculo como la actriz María Galiana y el director de teatro pamplonés Ignacio Aranguren, que recibieron una mención de honor.

Obtener ambos premios fue "totalmente inesperado", asegura Laura. La joven inscribió la obra en todas las categorías sin expectativas de ganar: "Íbamos por probar y cuando nos nominaron nos hizo muchísima ilusión", recuerda. La sorpresa fue aún mayor cuando "ganamos las categorías de Mejor vestuario y Mejor actor. Fue muy inesperado pero nos quedamos muy contentos", asegura Laura que apunta que "para Noemí y para mí, que estudiamos diseño de moda, fue un reconocimiento más especial a un trabajo que nos apasiona", cuenta esta joven pamplonesa.

El equipo de vestuario está formado por Laura Montés, y Noemí Allo (diseñadoras) y Nicolás Garrido (amante de la caracterización de personajes). Para la mayoría de las obras, Laura es quien se encarga de "la parte de diseño, Noemí se centra en el patronaje de las piezas que, entre las dos confeccionamos. Y Nicolás es quien busca y pide todos los materiales por internet", añade Montés. No obstante, puesto que la obra Cabaret requería de unos trajes "ambientados en los años cuarenta", la labor fue mayoritariamente de "investigación y búsqueda de prendas de segunda mano, réplicas y ropas viejas de familiares para acercarnos lo máximo posible a la realidad", añade Laura. Ellos mismos financian el vestuario de sus obras con "lo que ganamos de trabajos y actuaciones que vamos haciendo". Eso y la dificultad para encontrar "las ropas que, en algunos casos era casi imposible", alargó este proceso a un total de seis meses.

El grupo celebra su éxito, a pesar de que el montaje ya no se verá más.