l Centro de Migración de Aves Roncesvalles-Orreaga ha vuelto a abrir sus puertas este mes de septiembre, cuando se cumplen 27 años de andadura. Esta instalación ambiental está situada en el Alto de Ibañeta y permanecerá abierta de manera gratuita durante los fines de semanas hasta principios del mes de noviembre.

Los voluntarios de la Asociación Gurelur que atienden este centro han decidido que siga funcionando en la presenta temporada a pesar de la pandemia, diseñando y ejecutando para ello todas las medidas necesarias con el fin de garantizar la seguridad a los visitantes de las instalaciones y de las actividades que se ofertan. Además de las medidas de higiene y de aforo, la mayoría de las actividades que ya se están celebrando se están llevando a cabo al aire libre, en la campa existente en el Centro de Migración.

Los visitantes que acudan a este centro pueden disfrutar de la exposición en la que se explica el fenómeno de la migración, la implicación de Navarra en el mismo, la problemática que afecta a las aves migradoras y los trabajos que se realizan a favor de estas aves en nuestra comunidad. Los paneles de la exposición se complementan con unas maquetas de aves migradoras en vuelo, vitrinas con materiales didácticos y con una pequeña biblioteca sobre las aves. La exposición está atendida por expertos en la migración de las aves y en la educación ambiental. Para atender convenientemente a los visitantes la exposición está traducida al euskera, al francés y al inglés.

Hasta la fecha, se han recibido más de 95.000 visitantes, entre los que se encuentran escolares de Navarra y de las provincias limítrofes, grupos sociales y grupos dedicados a la observación de las aves. Debido al interés que estas actividades suscitan entre la población europea, un número importante de los visitantes son de este origen, principalmente franceses.

Además del centro expositivo, en la campa que bordea al edificio se instala un observatorio cuando el tiempo lo permite. Desde él, se puede observar cómo cruzan las aves migradoras el collado de Ibañeta. En el observatorio hay a disposición de los visitantes telescopios y prismáticos, así como distinto material gráfico que ayuda a reconocer las especies que se observan, aunque debido a la situación, desde Gurelur, recomiendan "a los visitantes que contactan con nosotros a que lleven sus propios prismáticos".

Todos los años por estas fechas los campos y cielos de Navarra se llenan de vida con la presencia de miles de aves que realizan sus viajes migratorios hacia sus zonas de invernada. Por nuestra Comunidad se canaliza la más importante de las rutas migratorias europeas, debido a la baja altitud que presentan los collados pirenaicos. En esta época, las aves migradoras realizan lo que se conoce como migración postnupcial o pasa, y es la que ocurre una vez que las aves han concluido su reproducción. Los lugares elegidos para pasar los fríos meses de invierno pueden estar en las templadas tierras de África y/o en la Península Ibérica, incluida Navarra.

En los últimos años, debido a que los inviernos no son tan fríos, muchas aves están cambiando sus costumbres migradoras, invernando cada vez más cerca de su zona de nidificación, llegando incluso a no migrar. En Navarra existe el caso de las cigüeñas, donde una parte importante de su población adulta no realiza la migración, pasando los adultos casi todo el año entre nosotros. "Navarra es un hito muy importante para las aves migradoras, ya que en nuestros campos encuentran el alimento necesario para atravesar con éxito la cadena pirenaica, o para recuperar las reservas energéticas perdidas tras su paso por estas montañas. Pero independientemente de estos preocupantes cambios en las conductas migradoras de las aves, afortunadamente todavía podemos seguir disfrutando de su presencia en nuestros collados y campos, durante sus dos migraciones anuales", comentan desde Gurelur.