La tarde sube, la noche baja. El ocio en Pamplona responde a este esquema, quizá difuminado ahora por una pandemia que ha ido engordando las ganas de fiesta. La realidad demográfica de Navarra también señala la luz del día. Inauguraron el nuevo siglo 130.000 chavales de entre 20 y 35 años, franja que hoy lo justo alcanza los 100.000. Hay 30.000 jóvenes menos para salir a la antigua usanza y veteranos que buscan diversión pero a la vez tienen intereses un domingo por la mañana.

Grandes salas y bares de copas toman nota y se apuntan a un invento que suena desde hace tiempo, el tardeo. Es la fiebre del sábado tarde.

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SUBSUELO: Un sábado que son dos

"¡Bendito el día que lo pusimos!"

Andoni Sáez, socio del Subsuelo, cree que el origen del tardeo está en la zona de Alicante y Murcia, donde empezaron con sesiones ochenteras vespertinas en las discotecas. Él lo conoció como tal, nombre incluido, en Logroño. "Restaurantes que a las cinco y media levantaban a la gente, a las seis llegaba un chico, ponía el equipo de música y empezaban con las copas. Y el ambientazo era increíbre".

Les rondaba la idea de trasladar ese concepto a Pamplona, con sus lógicos recelos. "Aquí apostábamos por bodas a la tarde, eventos privados... Era quitar una cosa que ya teníamos por otra que no sabíamos si iba a funcionar, aunque veíamos que en otras ciudades empezaba a pegar fuerte". Al mismo tiempo aquí "crecían las comidas de los sábados, era muy evidente en todos los bares de la zona".

Al final se decidieron, terminaron con los eventos comprometidos y hace dos años abrazaron el tardeo. "No es solo abrir a la tarde, sino buscar ese perfil de público que antes salía a la noche, ha ido creciendo y ahora lógicamente le encaja mejor esto. Y fue la mejor decisión que hemos tomado en los 13 años que llevo. ¡Bendito el día que pusimos el tardeo!", dice.

"Fue la revolución. No solo en el Subsuelo; sacamos a la calle a estas generaciones que estaban adormecidas". El tardeo fue para sus sábados el milagro de los panes y los peces. "El día más fuerte de la semana lo multiplicas por dos. Es la leche. Empezamos abriendo a las siete de la tarde, y fue tal el éxito que teníamos a 100 personas haciendo cola. Adelantamos la apertura a las seis, y a las seis y 25 tengo el récord de ver aforo completo. Ahora estamos abriendo a las cinco, con eso lo digo todo. El éxito ha sido brutal, y está mal que lo diga yo, pero de alguna manera hemos revolucionado la ciudad".

No hay vuelta atrás. "Cuando la generación que aprovecha ahora el tardeo sean abuelos, vendrán las de atrás. Habrá que adaptarse en la música, estilos... pero ha venido para quedarse", asegura.

SALA ZENTRAL: El 'Petardeo'

"Tenemos la sala a reventar"

"Es una europeización en los hábitos de consumo de ocio y yo creo que se va a mantener", vaticina igualmente Javier Muruzábal, gerente de una Sala Zentral que bautizó sus tardeos como Petardeos. "Es un formato perfecto. Salgo el sábado a la tarde, estoy un rato con mis amigos y a las once ya he hecho todo lo que tenía que hacer y me voy a casa. Y al día siguiente me levanto a la mañana y voy al monte, a la playa o donde quiera", opina.

Las grandes distribuidoras de bebida ya venían anunciándoles cuatro o cinco años atrás este cambio de la noche al día. También ellos habían detectado la tendencia, pero "antes del coronavirus teníamos los conciertos cogidos a un año vista. En la pandemia hemos podido reformular toda la programación de la sala y dedicar las tardes de los sábados al tardeo. Y nos está funcionando de maravilla. Ahora mismo está siendo la gasolina, también para hacer otras actividades", dice.

En Zentral se cobra igual por la tarde que por la noche -12 euros con consumición- y la facturación "está más o menos a un 50%, quizás a la noche algo más porque son más horas". Nada mal teniendo en cuenta que antes "era impensable que a las seis o siete de la tarde tuvieras gente en una sala. Y ahora la tenemos a tope, a reventar". A diferencia de otros locales, el perfil del público de sus dos sesiones es similar, generalmente mayor de 30. Tampoco varía la melodía, algo más de revival de tarde pero sobre todo música comercial.

El tardeo no tiene la misma permeabilidad en el Estado. "Va por provincias. En Navarra y Pamplona va como un tiro, pero en otras no termina de arrancar. Por ejemplo en el País Vasco no está funcionando. Es curioso".

Javier no tiene muy claro el motivo. "No sé si es una apuesta que las salas hemos ido haciendo poco a poco, también en base a la tendencia que estábamos analizando. Dependerá de la oferta hostelera, costumbres, modos de ocio, formas de relacionarse... Todo hace que se consuma de una manera o de otra", estima.

INDARA: Dos tipos de público

"La facturación es parecida"

Por la noche cobran entrada y por la tarde no. La noche suma siete horas y media y la tarde cinco. Y aún así un sábado cualquiera la caja de Indara en una y otra franja horaria es similar. "Sinceramente, se llega a facturar muy parecido, pero eso hace mucho también la edad del cliente que tenemos los sábados", reconoce el socio y gerente Patxi Arriada.

El día de fiesta por excelencia Indara conserva paredes, techos y barra, pero se transforma entre una y otra sesión. Primero porque a la tarde la edad media del cliente "rondará los 40-50, y los de la noche tienen entre los 25-35 años". Y porque el ambiente también es "totalmente distinto. Los tardeos es música de los 60, 70, 80 y 90 y a la noche la música actual".

El tardeo les funciona. "Se implantó en 2018. Comenzamos abriendo todas las tardes de la semana con ambiente tranquilo y música tranquila, en un modo After Work, y de ahí en adelante se fue integrando lo que ahora se conoce por la mayoría en Indara como tardeo, con un ambiente más fiestero que lo que nació", cuenta.

Un éxito paulatino. "Se llegó a conocer poco a poco. Tuvimos que hacer un buen marketing, claro, y mucho coste para mantenerse sin perder la esperanza. Y después, de boca en boca y radio, prensa y la buena comunicación que hace la mayoría de los clientes que llegan de todos los puntos de Navarra y alrededores. En estos momentos hay muy buena aceptación de esta sesión".

CANALLA, KABIYA Y ROCKOLECTION: Distintas realidades

"No nos pilla de sorpresa"

Carlos Tabar conoce el tardeo desde barras y realidades distintas; el bar de copas y la discoteca. Es socio de Canalla, Kabiya y Rockollection. "Quizás no se le llamaba así, pero antes de la pandemia ya trabajábamos el tardeo con fiestas de cumpleaños, postbodas y eventos. Desde 2017 el Kabiya trabajaba las copas de tarde, éramos la referencia con el Baviera. Es indudable que ahora está de moda, es algo continuado y se ha instaurado. Pero no nos pilla de sorpresa", dice.

En los tardeos de Kabiya y Rockollection, con un público mayor de 30 años, su misión es crear una ilusión: que a las cinco de la tarde parezcan las dos de la madrugada. "Los clientes reclaman música alta, oscuridad... No quieren copas tranquilas, si pones eso no vienen. Reclaman marcha", confirma. Ahí "el tardeo de los sábados puede suponer tranquilamente el 50% de la facturación, cosa que antes era imposible a menos que tuvieras una boda potente con precios cerrados. Ahora es todos los sábados lleno, por suerte, a las seis de la tarde. Antes cerrabas a las cuatro y ahora a lo mejor a las dos, pero es verdad que le sacas un pico extra que antes no tenías".

En Canalla manda la noche. "La tarde es la parte más pequeña de la caja de una discoteca en San Juan, un complemento. Nuestro fuerte sigue siendo la noche de jueves, viernes y sábado". Reconoce no obstante que, para diferenciarse, ofrecen "un día salsa, otro sevillanas, un tardeo ochentero... Y antes era inviable una discoteca abierta a la tarde".

A Carlos le da "un poquito de rabia" que la noche caiga "y la gente se haya olvidado un poco de ponerse guapa, ir a cenar, salir...". Su noche la sostiene el "público joven que busca ese toque canalla. Eso por suerte no se ha perdido". Pero opina que los sábados están "mucho más segregados. La noche es para jóvenes y la tarde para más mayores, que no quita para que en muchos momentos estemos mezclados".