ieles a su cita con la primavera, las molestas pelusas cubren suelos e invaden la atmósfera en estas fechas. Aunque erróneamente se confunden con polen, en realidad los blancos pelusones que flotan de un lado a otro transportan las semillas de los chopos (Populus nigra) )y los álamos (Populus alba) con el objetivo de colonizar nuevos territorios.

Las cantidades de pelusa que se registran este año son muy similares a los de otros ejercicios, explica José Antonio Pérez-Nievas, vocal de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA), pero las extraordinarias temperaturas que se están registrando las vuelven más peligrosas, al ser material extremadamente inflamable. "Hay que ser muy precavidos, porque las pelusas de chopo pueden dar origen a un incendio que se propague a vegetación o actuar dando continuidad a otro ya iniciado. Por supuesto, no hay que darles fuego intencionadamente, porque un incendio se sabe cómo empieza, pero no cómo acaba", recalca.

Los chopos y los álamos son el origen de las semillas que se mueven agitadas por el viento gracias a la pelusa que les recubre. "Es la forma de reproducción de los chopos, tiene que ver con los ciclos de la naturaleza y con la primavera", comenta Pérez-Nievas, que si bien admite que pueden "llevar adherido polen, no son polen como tal, por lo que no deberían producir alergia. En realidad es como una gran bola de algodón de azúcar a la que se pueden pegar muchas cosas. Pero si las observas de cerca, verás unos puntitos negros en el interior. Eso son las semillas de los chopos".

A pesar de su aspecto inocente, Pérez-Nievas admite que "son un problema real, porque se acumulan unas cantidades muy grandes de pelusas en zonas de choperas y se trata de combustible que arde fácilmente y puede dar origen a incendios". En ese sentido, advierte de que en zonas urbanas o periurbanas "existe riesgo y se deben evitar, por todos los medios, posibles imprudencias, juegos de niños, etc".

Al respecto, este miembro del Guarderío de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra señala que "la única solución a este problema sería regar aquellas zonas que presentan un mayor riesgo en zonas urbanas, pero es imposible regar todas las zonas en las que hay gran acumulación de semillas". "Esta primavera comenzó siendo muy lluviosa y después hemos tenido mucho calor, lo que aumenta el riesgo de incendios. Ahora parece que las temperaturas van a bajar e incluso va a llover, lo que aplastará la semilla de los chopos y facilitará que se asiente en algún terreno en el que crecerá un nuevo chopito", añade.

Pérez-Nievas incide en que "la mejor solución es la concienciación de la gente, por los riesgos que el fuego puede entrañar para las personas, los bienes y el medio ambiente. Que nadie haga tonterías y prenda pelusas para ver cómo arden". l

l No es polen. Lo que parecen enormes pelusas son en realidad las semillas del chopo. Cada una de ellas presenta una gran cantidad de pelos ramificados, llamados tricomas, cuya función es facilitar su transporte por el viento.

l Pueden llevar polen. Aunque no son polen como tal, el problema de las semillas de chopo, respecto a las alergias, es que son capturadores naturales de polvo, esporas y polen de otras muchas plantas que quedan atrapados en los pelos ramificados y son transportados de un lado a otro.

l ¿Por qué arden tan fácil? Los tricomas están formados por fibras que retienen gran cantidad de aire en su interior y están prácticamente deshidratadas, por lo que arden con gran facilidad.