Hacen falta pozos y medidas para transportar el agua. Iniciativas que la hagan potable. Escuelas, edificios, mejoras en el transporte... pero también se necesitan cuidados. En poblados de África en los que no cuentan ni con médicos ni mucho menos con dentistas, la odontóloga Mariana Areyan, venezolana afincada en Pamplona, se ha propuesto acercar la salud bucodental y atender a quienes más lo necesitan para solucionar problemas en regiones en las que, igual que aquí y en todos lados, también los dolores de muelas se tornan insoportables.

Hace cinco años decidió fundar la ONG Sonrisas al Sur, dedicada a contribuir al bienestar integral de las personas y comunidades más desfavorecidas que tienen o han tenido escaso acceso directo a servicios de salud y atención odontológica, además de trabajar en la prevención. Comenzó en 2017 con un proyecto en Senegal gracias al cual atendieron a más de 400 pacientes y al año siguiente se fueron a Mauritania. "Pero los últimos tres años no hemos podido ir por culpa de la pandemia. Ahora que parece haber mejorado todo estamos con muchas ganas".

Justo antes de que llegara el covid subió la persiana de la clínica Divina Pastora, en Ansoáin, y ahora que están remontando ha decidido retomar su proyecto, esta vez en Guinea-Bissau. Se irá con Ainhoa Gómez, que trabaja con ella, y les acompañarán desde el 30 de junio hasta el 12 de julio otros especialistas de México, Francia, Londres y Madrid. Para Gómez, que también es vecina de Pamplona, es la primera vez en el sector del voluntariado "y estoy segura de que me va a impactar, pero también de que me va a aportar muchísimo", valora. Areyan lo tiene claro: "Yo tengo unas ideas fabulosas pero a la hora de materializarlas necesito a Ainhoa, sé que ella va a saber organizarlo todo a la perfección", reconoce.

Hace ya mucho tiempo que ella decidió invertir su tiempo libre en ayudar a los demás. "Empecé con comunidades indígenas en Venezuela, cuando estaba estudiando odontología. Iba en verano y aprendí mucho", cuenta. Ha estado también en los campos de refugiados de Grecia, con una ONG de Inglaterra, en Lesbos y en Tesalónica. "Me gusta la aventura -bromea-. Conocer comunidades en profundidad, conectar con etnias, grupos y culturas distintas. Y también la naturaleza, adaptarte a tener menos recursos, liberarte de lo material y enfocarte en otras cosas". Cuenta, también, con una titulación en odontología para pacientes con necesidades especiales. Y asume que de eso "hay poco".

Campaña de crowdfunding

Están buscando colaboración para su proyecto en Guinea-Bissau, para el que cuentan con el apoyo de la ONG Miradas al Mundo, afincada allí y que realiza diferentes proyectos. Se encargará de coordinar las labores. "Necesitamos medios económicos, porque yo llevaré los instrumentos de cirugía necesarios y desde entidades como Normon y el IMQ nos han donado material y medicación. Anestesia, agujas, desinfectantes (allí hay que esterilizar con líquidos potentes y sumergir los materiales durante horas); guantes, mascarillas, gasas y medicamentos", explica.

Se puede participar desde el Instagram de Sonrisas al Sur -ya lo han hecho 27 personas, que de momento han donado 1.235 euros- y en la propia clínica. "Algunas personas que vienen aquí ya han puesto de su parte y han colaborado", señalan.

Y tienen intención de seguir creciendo "me gustaría conseguir más colaboraciones para, en un futuro, comprar equipos portátiles y hacer mejores tratamientos: prótesis, empastes, endodoncias... Algunos de los sitios a los que vamos no disponen ni de un sillón dental", cuenta. Tiene muy claro que una de sus metas pasa por crear una clínica social, "en Navarra no hay ninguna y permitiría llegar a muchas personas que no tienen recursos, con tratamientos subvencionados". Para el año que viene, de momento, ya sabe cuál será su destino: Zimbabwe.