Valtierra atesora los restos de viviendas andalusíes mejor conservadas del Valle del Ebro, así lo asegura el arqueólogo tudelano Juanjo Bienes, uno de los responsables de la excavación que se está realizando por quinto año consecutivo en la localidad ribera.

Los trabajos en el Yacimiento El Castillo están dirigidos por los arqueólogos Juan José Bienes Calvo, Oscar Sola Torres y Jesús Lorenzo Jiménez, y forman parte del Plan de excavaciones y prospecciones arqueológicas de Navarra. En la campaña de excavación participa la Universidad de País Vasco, con el profesor Jesús Lorenzo a la cabeza, lo que permitirá formar a alumnos y alumnas del grado de Historia.

En años anteriores se habían realizado diversas catas con la intención de buscar los restos del castillo de Valtierra que se encontraba en ese montículo, detrás de la iglesia. Sin embargo, poco a nada se ha encontrad del citado castillo ya que según Bienes “casi no queda nada y se podría decir que es uno de los más arrasados que he visto, más que el de Tudela”, ya que durante siglos los vecinos han usado el material para construcciones. “La devastación va en función de la necesidad de coger piedra de los vecinos. Si hay que hacer una cimentación y me cuesta mas que coger del castillo, me voy a la Bardena, pero si tengo fácil coger del castillo, cojo del castillo”.

Sin embargo la verdadera joya del yacimiento, que descubrieron hace dos años, se centra en los restos del poblado andalusí (musulmanes en la península ibérica), donde se han encontrado suelos y paredes de gran calidad de conservación, algo casi inaudito en el Valle del Ebro. “El valor que tiene este yacimiento es el urbanismo andalusí que tiene debajo de los suelos del castillo. Hay dos fases, una de los siglos IX-X y otra del XI hasta la fase de conquista cristina. Tiene dos urbanismos diferentes pero curiosamente el mejor conservado es el más antiguo. Esto sucede porque tras la conquista se tapa el anterior, pero los que hacen el castillo desmantelan las construcciones y suelos del siglo XI pero no saben que debajo de esos suelos hay otro. Se ha conservado casi 1,20 metros por debajo y ha llegado en un estado excepcional para su antigüedad. Es de los más importantes con hasta siete hileras de muro que habrá que reconstruir, pero en un estado de conservación excepcional para lo que es el mundo islámico en el Valle del Ebro. Los trabajos acabaron el pasado viernes 12 de agosto.

El yacimiento son 200 m² abiertos en excavación, de los que en una cuarta parte no hay nada, en otra cuarta parte se encuentran los dos suelos de la época islámica y en la mitad restante, al nivel de los suelos del siglo XI, hay restos de algunos edificios adosados a la muralla como almacenes, caballerizas y alojamientos temporales.

El cabezo que se alza sobre el casco urbano de Valtierra, desocupado en la actualidad, que estuvo poblado desde la protohistoria hasta el siglo XVI. Aunque las primeras evidencias se trasladan a la Edad de Hierro, lo más destacado es la presencia de restos que apuntan a la existencia de un hábitat rural de época islámica, con una cronología que se extiende desde, al menos, el siglo IX hasta el siglo XII. Todo apunta a que se trata de un urbanismo islámico de carácter rural excepcionalmente conservado, algo infrecuente en otros yacimientos andalusíes del valle del Ebro, ya que las diferentes reformas bajomedievales, generalmente, lo acaban modificando.

La Torraza

Por otra parte, también este año se va a analizar la Torraza, emblema de la localidad, con muestras de madera de la construcción mediante carbono 14.

Se desconoce tanto la funcionalidad y fecha de esta construcción, de la que Bienes pone en duda el origen árabe o romano del que algunos hablan. Según las estimaciones de Bienes “es un edificio con problemas tanto para saber su funcionalidad como su cronología. Está muy mal situada, está muy baja para ser defensiva, el flanco de Bardenas no lo ve porque se lo tapa el monte, los elementos constructivos y la forma es extraña, con una puerta de acceso demasiado baja. Además no tiene aljibe y también son raros los elementos de la escalera y la forma en que están hechos los pisos. Yo creo que es una torre bastante moderna y no la ubicaría más atrás de la guerra civil entre agramonteses y beamonteses, hacia los siglos XV o XVI. No sabemos qué podía vigilar, quizás algún camino o el paso de alguna barca”.