Los alcaldes de Lónguida, Aoiz y Arce, Roberto Zazpe, Ángel Martín Unzué y Carlos Oroz, recibieron ayer a la comisión de Cultura y Deportes del Parlamento en su visita al barrio del aserradero de Ekai de Lónguida. Respondía esta a la petición de respaldo presupuestario del Ayuntamiento para impulsar un plan que permita la conservación y puesta en valor de dicho espacio para reconvertirlo en un recurso cultural y turístico.

Con Carlos García, Amaia Flores del Redal, agente de Desarrollo de Cederna Garalur y dinamizadora turística respectivamente; Victor Manuel Egia, investigador, Jose Mari Arcos y Víctor Honorato, redactores del plan director de recuperación del proyecto, explicaron a la delegación parlamentaria la importancia que tuvo el espacio, hoy ruinoso, sede de la empresa maderera El Irati S.A, como motor de desarrollo para Aoiz y su comarca durante gran parte del siglo XX .

La visita se realizó a instancias de todos los grupos parlamentarios con el objetivo de valorar el estado actual del conjunto de cara a impulsar un plan de recuperación. De este modo, Raquel Garbayo (G.P. Navarra Suma), Virginia Magdaleno (G.P. PSN), Ana Ansa (G.P. Geroa Bai) y Maiorga Ramírez (G.P. EH Bildu), miembros de la citada comisión, comenzaron la jornada en el ayuntamiento agoizko donde visitaron la exposición sobre El Irati S.A, en la que destaca una maqueta que reproduce con gran detalle todos los elementos y la actividad del barrio del aserradero de Ekai de Lónguida.

ÚLTIMA OPORTUNIDAD

En la reunión posterior fue donde Carlos García, agente de Desarrollo en las Cuencas Prepirenaicas de Cederna Garalur, advirtió de que podría ser “la última oportunidad” de recuperación de este espacio. “Se trata de un ejemplo de patrimonio industrial, arqueológico, histórico y artístico”, explicó. Al mismo tiempo, refirió a su ubicación y subrayó “la importancia estratégica porque coincide en el tiempo con la materialización de dos grandes corredores verdes que van a transcurrir a través de él. Este año se iniciarán las obras de la Vía Verde del Tren Irati (ferrocarril eléctrico que transportaba la producción de la empresa), y también se ejecutan ya las de la ruta ciclista EuroVelo 3, que compartirá el trazado”, argumentó.

Por su parte, el alcalde de Lónguida, Roberto Zazpe, recordó que un municipio como el suyo (valle de 280 habitantes) no dispone de recursos para realizar una intervención así, por lo que pidió implicación y liderazgo al Gobierno de Navarra . En concreto solicitó a los grupos parlamenterios la presentación de enmiendas a los Presupuestos Generales de Navarra para 2023 por un importe total de unos 70.000 euros para poder realizar un plan de orientación de acciones y poder arrancar con la parte de proposición urbanística. En este sentido, aludió a la propiedad particular del lugar, “por lo que si se decide mantenerlo, se debería recurrir a un PSIS, a expropiar o a llegar a acuerdos con los dueños”, explicó.

INTERVENCIONES

Las primeras actuaciones, y las más “urgentes”, según avanzaron José Mari Arcos y Víctor Honorato redactores del plan director de recuperación del proyecto, se centrarían en dotar de seguridad el conjunto, derribando los edificios más deteriorados y protegiendo los que estén en condiciones de recuperación (la nave de destilería, la chimenea, la dársena y el edificio de oficinas). Asimismo, se debe descontaminar el suelo, ya que en el recinto fabril también se producían carbón y productos químicos.

Con el relato de Victor Manuel Egia, investigador del desarrollo industrial de Navarra y autor del libro El Irati S.A., el sueño de Domingo Elizondo, conocieron la historia y el funcionamiento de esta empresa maderera, una de las más importantes de la primera mitad del siglo XX. Fundada en 1907 por el aezkoano Domingo Elizondo, se creó para la explotación de la madera del bosque del Irati. Fue una empresa multidisciplinar, productora de energía eléctrica, para consumo propio y para suministro a otras fábricas. Por el río llegaba la madera de los montes de Aezkoa hasta Aoiz y al aserradero de Ekai de Lónguida, desde donde viajaba a Pamplona en el ferrocarril del mismo nombre (mercancías y viajeros) y que hizo a la empresa famosa, hasta su último viaje en 1955.

La comisión se trasladó finalmente al barrio del aserradero para comprobar el estado actual del conjunto, e hizo acopio de la información para, llegado el caso, emprender las iniciativas que estimen oportunas para su futura recuperación.