La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA) compuesta por más de 600 veterinarios, cuestionó la necesidad de organizar desfiles con animales durante el periodo navideño en Iruña y Tudela, advirtiendo sobre el sufrimiento y el dolor que les provocan.

La asociación suma fuerzas con la Fundación Franz Weber y señalan que “los factores estresantes ambientales, ajenos a su naturaleza, son los que más les afectan, como los ruidos, luces, y el bullicio de la gente” que generan “un conjunto de estímulos desagradables y aversivos para los animales”. Y advierten que el uso reiterado de animales no supone su adaptación, sino todo lo contrario. “Todos los animales que padecen experiencias negativas las recuerdan, por lo que su continua explotación acabará por desarrollar un miedo crónico”. FFW denuncia “el negacionismo del maltrato animal que practican los gobiernos locales, al contratar un año más el uso de fauna silvestre en cautividad para exponerla como si de una atracción más se tratara”.

Los naturalistas y el colectivo veterinario reivindican un compromiso con el bienestar por parte de las autoridades municipales para desterrar el uso de animales en desfiles, como han hecho ciudades como Valencia, Zamora, A Coruña o Vigo. “Las localidades que renuncian a estos paseos completan sus cabalgatas por recreaciones teatrales, carrozas y otras fórmulas de animación, llegando a cosechar asistencias superiores a las cien mil personas durante el recorrido de las mismas”, argumentan.

En 2016 AVATMA publicó un informe sobre el maltrato de los animales forzados en cabalgatas y desfiles navideños. En este “se evidencia el sufrimiento físico y emocional que pueden llegar a padecer varias especies animales que han venido siendo empleadas en festividades locales a partir del estudio de imágenes fotográficas, videos y visitas in situ”. Rubén Pérez, de Fundación Franz Weber, consideró que “que un niño o niña contemplen a dromedarios cargando de individuos disfrazados, con una música de alto volumen y a los propios animales caracterizados acaba generando una imagen completamente irreal de su comportamiento y sus necesidades”.