Alfonso Torres mira hacia el Ayuntamiento de Beriáin con expectación. Dentro de unas horas será el encargado de lanzar el cohete que dará comienzo a las fiestas. Sin embargo, en sus ojos lleva el recuerdo de lo que fueron los mejores años de su vida y la esperanza de volver a la que fue durante dos años su casa, el Sáhara Occidental

Asegura que “ningún saharaui ha aceptado la tesis del gobierno español que defiende que las ideas marroquíes sobre hacer una provincia con este espacio africano”. El conflicto actual del Sáhara Occidental continúa la insurgencia del Frente Polisario frente a las colonias españolas entre 1973 y 1975 y la guerra entre Marruecos y Polisario (1975-1991).

En ese momento, en 1991, explica Alfonso, “aparece MINURSO, que es la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental. Las partes en conflicto aceptaron como válido este alto al fuego para tratar de llegar a un acuerdo”. Sin embargo, el Gobierno de Marruecos lleva años tratando de posponer el plebiscito, al tiempo que “manda a marroquíes al Sáhara para que cuando a ellos les interese, accedan a que ocurra el referéndum. En 2020 se retomó el conflicto armado y aquí es donde tenemos que entrar nosotros”, señala.

La ATTSF (Asociación de Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras) es una organización de jóvenes de Navarra que nace en 2003. “Son gente que trabaja de forma voluntaria con otras asociaciones del Sáhara”. El objetivo principal era “ofrecernos a uno de los cinco campamentos y hacer de todo. Por ejemplo, montamos un taller y bajamos algunas herramientas de Navarra para que pudieran producir y mejorar”.

“Contactaron conmigo algunas organizaciones como la Media Luna Roja porque tenían problemas con la distribución de los alimentos como consecuencia de no tener en ese momento vehículos. Presentamos nuestro proyecto y fuimos para adelante”.

Hace cuatro años ACNUR llegó a un acuerdo con la ATTSF “porque vieron que éramos una organización bastante competente”. Desde entonces, comenta Alfonso, “distribuimos la comida, el agua, recogemos la basura y estamos pendientes de la logística de los campamentos”. Por otro lado, tras muchos años de repartir el agua mediante cubas, ahora los campamentos del Sáhara disponen de una red bajo tierra de la que también se encarga la ATTSF.

“Yo llevaba muchos años queriendo ser ‘profeta en tu tierra’. De hecho, nuestro objetivo no es solo trabajar en el lugar, sino venir y contarlo; no debemos olvidar que el problema saharaui no está resuelto”

Alfonso Torres - Representante de la ATTSF

Alfonso sonríe y la voz le tiembla. Tiene probablemente la misma ilusión con la que vivió dos años en uno de los campamentos de refugiados: “yo llevaba muchos años queriendo ser ‘profeta en tu tierra’. De hecho, nuestro objetivo no es solo trabajar en el lugar, sino venir y contarlo; no debemos olvidar que el problema saharaui no está resuelto”.

En noviembre de 2022, durante un vermú en uno de los bares de Beriáin, su pueblo, Alfonso propuso a sus amigos jóvenes bajar al Sáhara. “Nadie dijo que no en ese momento. Organicé el proyecto, les dije ‘en Semana Santa nos vamos. Hay que poner 100 euros cada uno’. De golpe, había 35 personas voluntarias una locura que no me esperaba, pero los cuidé mucho y el Frente Polisario todavía más”, asegura..

“Ellos están muy agradecidos de que gente como yo vaya, pero cuando ven a gente joven se alegran mucho más porque sienten que fuera de los campamentos hay mucha fuerza joven que les apoya”

Alfonso Torres - Representante de la ATTSF

Alfonso explica que “ellos están muy agradecidos de que gente como yo vaya, pero cuando ven a gente joven se alegran mucho más porque sienten que fuera de los campamentos hay mucha fuerza joven que les apoya”. De hecho, durante esta experiencia en la que los navarros estuvieron suministrando alimentos y agua, los jóvenes fueron acogidos en familias saharauis donde “pudieron conocer de primera mano cómo vivían y se han creado muchos vínculos de amistad”, señala.

Siempre ha tenido la idea de hacer dos viajes. “Para el segundo pretendo que vayan padres con hijos. A la gente le da miedo, pero yo voy a llevar a mi hija para tranquilizarles porque no es tan peligroso como parece. Por suerte, ANAS ayuda para que estos voluntariados ocurran”.

Un cohete por el Sáhara

A pesar de haber conocido el amor y de volver “siempre distinto y cada vez más enganchado del Sáhara”, Alfonso sigue en su casa de Beriáin, ahora con un nuevo regalo: será quien lace el cohete que dé comienzo a las fiestas. 

“Aunque haya gente que no lo crea, no me apetece ser protagonista de esto. Sin embargo, nunca voy a decir que no cuando se me ofrece una oportunidad de visibilizar esto”, señala su camiseta en la que se lee “Sáhara libre”. “Más que un protagonismo propio busco protagonismo para ellos”.

La bandera de la libertad

Alfonso levantará pronto el pañuelo rojo de Beriáin en el mismo lugar en el que ondeó “la bandera del Sáhara más bonita que tengo”. Cuenta que la madre de su mujer, Uml-jer, “la trajo cuando llegó a España y le acompañaba a todos los sitios a los que íbamos. Ella ya no está, pero yo cuido de la bandera porque se guarda en ella mucha vida. Ojalá que al menos esta bandera pueda ver que el Sáhara es, por fin, un país libre”.

De esta manera, aunque el dicho popular diga que “nadie es profeta en su tierra”, parece que Alfonso lo está consiguiendo en Beriáin. Este jueves el cohete se va a lanzar con un deseo: que el Sáhara sea libre