Un año más, y ya son diez ediciones, los animales volvieron ayer a la plaza con motivo de la Feria de Ganado Autóctono de Irurtzun y Arakil, una iniciativa de los ayuntamientos de Irurtzun y Arakil que recuperaron esta feria centenaria que desapareció a mediados del pasado siglo, cuando el ganado dejó de ser parte importante de la economía de las familias. Así, con la ayuda otros agentes sociales como Belardi, asociación que agrupa al primer sector de Sakana, la Asociación de Turismo Bidelagun,y el Consorcio Turístico Plazaola, regresó como un escaparate de ganado autóctono además de un mercado transparente, tanto de producto local como artesanía y un principal objetivo, reivindicar una agricultura popular y apostar por un modelo alimentario local, según destacaron.
Así, cada uno en su espacio, en la zona del frontón se pudieron ver diferentes razas de Euskal Herria como ardi latxa, sasardi, vaca pirenaica y betizu además de burguete y jaka navarra, euskal txerria y euskal astoa. En la plaza había un mercado de producto local sin intermediarios donde se pudieron degustar y adquirir alimentos de calidad y producción agroecológica como queso, embutidos, verduras, miel o vino entre otors. Por otro lado, en la calle Estella había una docena de puestos de artesanía, entre los que no faltaron los hermanos Gerardo y Eduardo Brun, séptima generación trabajando el hierro en Izurdiaga.
El queso DO Idiazabal es el producto estrella de la zona. Para su promoción, hubo un concurso con un jurado popular, 121 personas que degustaron los 13 quesos presentados al certamen. El primer premio fue para Ruiz de Larramendi, de Eulate; el segundo para Albi, de Arruazu, y el tercero para Loperena, de Egozkue. La feria estuvo muy animada, empañada por un chaparrón.
ADIESTRAMIENTO
Detrás del frontón, Aritz Ganboa realizó una demostración de adiestramiento básico de perro pastor, primero con un cachorro, Oski,y después con Txistu, ambos de raza pastor vasco del Gorbeia, con los que mostró las principales fases hasta el manejo con las ovejas. “Un buen perro hace la labor de 2-3 pastores”, observó, al tiempo que destacó que la correa es la principal herramienta para adiestrar. “El perro te enseña cual es el momento para la siguiente fase. Antes de que entre en el barreño hay que moverlo y guiarlo con la makila. También es muy importante el tono utilizado”, explicó el pastor de Arruazu.