La comarca de Pamplona está dominada por un monte de 895 metros de altitud que está marcado por la historia y por todo tipo de objetos residuales: preservativos, raquetas, pláticos, colillas o botellas de cerveza. Sin embargo, más de 300 voluntarios se han reunido para limpiar el monte Ezkaba.

Organizado por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona durante dos semanas, los asistentes se han encontrado en distintos puntos, como Artica, Berriozar o Arre y se les ha proporcionado el equipamiento necesario (bolsas de basura, guantes, pinzas y chalecos). Y ya listos comenzaron a andar y limpiar hasta la cima, donde recibieron un almuerzo como agradecimiento por el servicio prestado.

Ana Corredor, vecina de Berriozar, ha llegado a las 10.00 horas al punto de encuentro, el aula de la Naturaleza, y le han explicado cuál era la ruta que tenía que seguir. “Los caminos de tránsito normal están más limpios porque cada vez hay más conciencia, pero en los recovecos del monte por donde no pasa todo el mundo... Ahí ya es distinto; se ve que hay más basura”, ha comentado. Entre los residuos encontrados ha destacado que había “recogido de todo un poco: colillas, papeles, plásticos, botellas... Me ha sorprendido encontrar latas sin abrir” .

A pesar de vivir actualmente en Casteldefells, Fernando López, natural de Berriozar, regresa todos los fines de semana para visitar a su familia. Aunque en esta ocasión, también para colaborar con el medioambiente: “Mi familia se apuntó a esto y cuando me lo contaron yo también quise ayudar”. Si las bolsas se llenaban y no habían llegado a la cima, la Mancomunidad les ha explicado que debían dejarlas en el camino para que el camión fuera a recogerlo después. “Ya he llenado tres bolsas y todavía me queda la mitad del camino. Se ve de todo, aunque es lo típico: colillas, latas de cerveza, preservativos...”. Para Fernando, los lugares en los que más basura hay son aquellos menos transitados por los viandantes: en los parkings uno se encuentra de todo. Allá donde llega el coche, el incivismo es más evidente”, ha vituperado. 

Por otro lado, Arantza, Maider y Ana son tres amigas que fueron acompañadas por sus hijos y por su perro. “Es la segunda vez que venimos. En su día salimos de Artica, pero esta vez vimos la noticia a través del colegio de los niños”, han señalado. Según ellas, este año el monte Ezkaba se encuentra algo más limpio: “Creemos que es porque no ha subido tanta gente o porque ha habido más concienciación. Nosotras repetiremos siempre que se programe esta actividad, pero ojalá no tenga que ocurrir más porque eso significaría que la gente ya no ensucia nuestros espacios naturales”.

Muchas familias se han animado a este voluntariado. A Mertxe, Alicia, Begoña y Montxo también les han acompañado sus hijos, Izadi, Hadur y Unai. Participaron ya en 2021 porque “nos lo comentó una amiga y lo estuvieron notificando a través del Ayuntamiento de Ansoain”, ha comentado Montxo. “En la parte baja nos hemos encontrado de todo, pero ya subiendo al monte no ha habido tanta basura”, ha añadido Begoña. Entre los objetos más peculiares, todos han destacado “un tapacubos de coche, un sofá y varias sillas al lado del nogal. Hemos tenido que avisar a la Mancomunidad para que ellos pudieran mover estos objetos porque son bastante grandes y muy pesados”.

Durante el camino, algunos de los más pequeños se metieron por algunas zonas poco transitadas y se encontraron algunos objetos como tuberías, raquetas o barriles de plástico. Los padres han teorizado sobre cómo podían haber llegado hasta ahí: “Seguro que se ponen en algún sitio cómodo de llegar y lo lanzan, como pueden, desde ahí. No tiene sentido. ¡Con lo fácil que es llevarlo a un contenedor normal en lugar de hacer todo este camino!”, se han quejado.

Por su parte, Mikel Manzanos, responsable del departamento de Medioambiente de la Mancomunidad, ha señalado que después de la jornada “se han dejado unos contenedores en la cima para que todos los voluntarios puedan depositar los residuos. Mañana vendrá el equipo de limpieza para llevárselos y retirar los puntos en los que se han dejado bolsas de basura”. En lo que respecta a los participantes, Mikel ha comentado que “este año han venido 305 personas. La gente que viene está muy comprometida con el monte porque es nuestro monte. Venimos con un objetivo central, que es que se encuentre siempre en las mejores condiciones. Se hace camino al limpiar. Además, es una forma bonita de que nos encontremos todos los apasionados del monte”.