La plaza de la Constitución de Atarrabia es una isla de calor de 4.000 metros cuadrados que solo se ha utilizado como espacio para el mercadillo semanal. Condenada al fracaso, pasó a ser un mero atajo peatonal. Sin embargo, el Ayuntamiento y el vecindario reivindicaron su uso sostenible a través del proyecto Ekogune. Y ayer se pusieron en marcha los distintos jardines, bancales y botánicos.

El proyecto contaba con distintos objetivos: ser marco educativo en sostenibilidad y fomentar la práctica, adaptar la localidad al cambio climático y desarrollar una estructura verde. De esta manera, Mikel Baztán, asesor municipal de Sostenibilidad, ha explicado dos de los brazos del proyecto: por un lado, la puesta en marcha del Jardín Botánico en el monte Ezkaba Txiki, en la que han participado 38 entidades y asociaciones. “Las especies vegetales ya están en el propio monte. Se ha desarrollado una idea en la que la gente apadrina y planta una especie y colocan una etiqueta identificativa. La contribución es didáctica e interactiva”.

Por otro lado, Ekogune forma parte del proyecto Berdea, propuesto por el Ayuntamiento de Villava. Sus objetivos consisten en enlazar los espacios verdes y evitar el exceso de pavimentos. “Hemos colocado jardines bancales en determinadas islas de calor para que el vecindario no solo cuente con sombras con especies que se adapten al cambio, sino también para que se puedan conocer las distintas alternativas sostenibles que hay”. De hecho, estos espacios son zonas de compostaje comunitario, ya que de forma voluntaria los vecinos cuidan estos jardines y se aprovechan de la materia para “mostrar que es posible transformar el residuo en un recurso”, ha comentado.

Feria del pastoreo

Noelia, Claudia y Adrián pertenecen a la cuarta generación de la Carnicería Iriguibel: “Nuestro bisabuelo comenzó el negocio familiar, pasó a nuestro abuelo y ahora lo llevan nuestros padres”, ha explicado Noelia. Tras recibir la txapela a la mejor txistorra de Navarra 2023, ha incrementado la presión de ofrecer mucha calidad. Los ingredientes secretos son: carne de cerdo, tripa de cordero, pimentón, sal, ajo y “muchísimo cariño. Todo lo que se hace con amor triunfa”, ha añadido.

Por otro lado, David Ruiz Azpilicueta es agricultor ecológico en Baquedano, localidad situada en Tierra Estella, y desde hace varios años su producción está diversificada: manzanas, zumos, aceites, cervezas, alubias, etc. En función de la temporada, escoge qué productos llevar porque su objetivo principal es “vender calidad. Hay mucha materia prima que por culpa del clima no puede finalizar su ciclo”, ha indicado. De hecho, el año pasado muchos de los agricultores sufrieron las consecuencias del cambio climático: “Presagiamos lo peor con la sequía. Sin embargo, llovió de golpe y tuvimos que soportar las granizadas de julio y octubre. Las plantas están estresadas con estos cambios extremos”, ha explicado.

Sergio Cobo y Adelardo Paternain se dedican a la ganadería desde hace cuatro años, momento en el que impulsaron una quesería y la venta de hamburguesas de vaca, de zagal y buey, para dar a conocer mejor la calidad de sus productos. “Tenemos que agradecer a Atarrabia por contribuir a que nos demos a conocer en las ciudades, porque se logra una relación más transversal entre cliente y productor. No somos un número más de un supermercado. Vendemos productos que merece la pena comprar porque la comida es salud”, ha argüido Sergio. Además, su sistema de pastoreo se caracteriza por el uso de unos collares inteligentes con los que se evita el sobrepastoreo y la pérdida de cobertura vegetal por pastar siempre en el mismo sitio. “Es importante que los animales vivan en libertad para la calidad del producto”, ha agregado.

A Roberto Urrutia se le contagió la pasión por el pastoreo. Cuando era pequeño, su padre tenía ovejas, pero, una vez se jubiló, Roberto no quiso continuar la tradición porque “tenía otras prioridades en mi vida. Hace 20 años tuve el anhelo y desde hace nueve años me instalé y hace cinco comenzamos con la quesería en la Txantrea”, ha comentado. Desde 2020 acerca su rebaño a Atarrabia: “El Ayuntamiento de Villava está haciendo una apuesta por el mantenimiento del monte Ezkaba Txiki porque el pastoreo colabora ambientalmente. Las ovejas comen broza y hierba que puede convertirse en combustible para el fuego. Con el rebaño se abona y disminuyen las posibilidades de incendio”, ha explicado. Se trata de un modelo de ganadería regenerativa: se trabaja durante un corto espacio de tiempo para generar un impacto fuerte en el medioambiente. “Yo he visto cómo el monte se ha abierto. Lo conocí cuando mi padre llevaba a sus ovejas y ahora veo que están resurgiendo muchas plantas. Se empieza a reactivar el equilibrio natural del ecosistema”.

Finalmente, se hace un llamamiento a gente que quiera mantener o transmitir su conocimiento acerca de la sostenibilidad. Por eso, el Ayuntamiento de Villava ofrece un número de contacto para participar en las distintas actividades que se proponen: 649 014 063.