Artafarándula, el colectivo formado por un grupo de artistas tafallesas que, desde una perspectiva artística y creativa plantea una puesta en valor de nuestras poblaciones para revindicar la belleza de lo rural, propondrá del 23 al 26 de noviembre en su ABIERTO 4 un punto de encuentro con otra imagen de Tafalla, esa que ahora evocamos en blanco y negro pero que un día llenó las calles de la ciudad. Letreros y signos de locales que ya cerraron o que se mantienen en activo con otra identidad visual. Las puertas de entrada a establecimientos de toda la vida donde una de las preguntas habituales tras la compra era ese ¿Te lo pongo para regalo?. Una mezcla de homenaje, celebración y reivindicación de lo local con el patrimonio gráfico como centro.

La propuesta estará abierta al público desde las 19:00 del jueves 23 de noviembre hasta el mediodía del domingo 26 con diferentes actividades artísticas y musicales. La agenda respetará, además, los actos del 25N, momentos en los que el local permanecerá cerrado al público para atender las propuestas del Día internacional contra la violencia contra las mujeres.

Como acostumbra, el colectivo ha elegido para el evento un lugar con un pasado intenso. La exposición tendrá lugar en la sede del que hasta hace poco era un establecimiento Clarel, antes fue un Schlecker y, mucho antes, la sede del antiguo Banco Central, en plena Plaza de Navarra.

La muestra gratuita reunirá decenas de carteles cedidos por comerciantes y familiares que han contribuido a esa suerte de hemeroteca gigante con reliquias que hace años estaban colgadas a la entrada de diferentes locales comerciales y de hostelería de la Ciudad del Cidacos. Las personas asistentes podrán además curiosear entre varios materiales que eran empleados en los establecimientos, como papel de envolver, facturas, folletos y revistas y demás antigüedades.

¿A qué suenan los carteles?

La ambientación sonora es otra de las piezas claves de esta intervención artística. La tarde del viernes estará amenizada por la música sesentera de Las Ninoskas DJ set a las 19:00 y por la propuesta latina y de músicas de raíz de Chipotle Chichadelico a las 20:00. El local contará además con un peculiar hilo musical: varias cintas de cassette en las que se recoge una historia oral no oficial de Tafalla. El vermú del sábado 25 también tendrá como protagonista el rasgueo de los vinilos, cedidos por un coleccionista tafallés para la ocasión.

Susana, Belén, Izaskun y Ángela, de Artafarándula, posan con un antiguo letrero del videoclub 'Zubia'.

Susana, Belén, Izaskun y Ángela, de Artafarándula, posan con un antiguo letrero del videoclub 'Zubia'. Saioa Martínez

Mucho del material que podrá verse en el recinto viene cedido por personas coleccionistas de Tafalla que con muy buena voluntad han participado en esta suerte de auzolan de la memoria. Fieles a su espíritu transgresor, en Artafarándula unen una vez más arte y reivindicación poniendo al alcance de la ciudadanía algo que es a la vez patrimonio, arte gráfico y responsabilidad: la historia de sus tiendas y locales.

Abiertos 1, 2 y 3

“Las cosas que parecen decadentes, aún siendo viejas, tienen su alma y queremos ponerlo en valor”

Artafarándula echó a andar, con el Abierto 1, en mayo de 2021, cuando un grupo de jóvenes mujeres se unió en Tafalla para poner en valor la riqueza de lo viejo, lo histórico y cultural de las calles y las personas. “Se trata de parar, de volver a la filosofía de lo rural, de defender unos valores de vuelta a los orígenes, de consumir la cultura con calma. Queremos poner en valor la cultura de lo pequeño. Las cosas que parecen decadentes, aún siendo viejas, tienen su alma. Es nuestro deber unir esta mirada a las vanguardias, a la gente que crea, y formar una alianza entre la mirada del arte y la belleza de la vida local”, explica Izaskun Ojer.

A lo largo de estos años, han desarrollado hasta tres abiertos, como denominan a sus “intervenciones”, que no exposiciones. “Intervenimos espacios con el lenguaje del arte. Es meterte en un espacio que no lo asocias al arte, y lo transformarlo. Tiene una parte reivindicativa donde todo en realidad se puede convertir en un espacio en el que apreciar, observar una pieza que puede ser de cualquier cosa: arte gráfica, como en esta ocasión, puede ser música, danza, video-arte, tatuajes, ilustración”.

Por ello, Artafarándula pretende poner de manifiesto que la cultura no solo se limita a los centros culturales urbanos, sino que el arte habita en todas partes, hasta en los lugares más insospechados. La cultura popular, la de la calle, es participativa por definición, y por eso quieren potenciarla. “Todo el mundos e bienvenido al proyecto. El arte es mucho más que un espacio cerrado”, añaden.