Artajona, con sus empedradas y empinadas calles, volvió a ser durante la mañana de ayer domingo escenario de la tradicional subida al Cerco en layas.

Este año la popular carrera celebraba, con un total de 22 participantes, su trigésima edición, y el vecino de la localidad Francisco Bañales Kikin volvió a proclamarse campeón en la modalidad adulta al ser el primero en cruzar la meta, mientras que el también artajonés Igor Urtasun se hizo con la victoria en categoría infantil. “La clave para mantenerte sobre las layas y ganar es buscar una armonía entre tu potencia y tu equilibrio. Si te pasas de potencia, quieres correr mucho, pierdes el equilibrio y te caes más veces, por lo que pierdes mucho tiempo”, explicaba Kikin tras la prueba. Otra de las claves para mantener el equilibrio, según César Ollo, participante de Gares, es la práctica. “En el adoquín no se corre muy bien porque la laya se mete entre los huecos y es fácil perder el equilibrio, por lo que la clave es aprender, practicar mucho y tener paciencia”.

Las layas de los y las txikis están hechas con un material más ligero que las de las adultas. Saioa Martínez

50 metros y 6 kilos

Los layadores de ambas categorías tenían que completar un recorrido de 50 metros por la calle Hospital demostrando sus habilidades con el uso de los aperos de labranza originarios navarros. Herramientas que, además, no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Así lo explicaba César Ollo. “Hemos hecho layas con materiales de chapa adaptadas para los niños, menos pesadas y más manejables. Las auténticas, para los adultos, pesan unos tres kilos cada laya, son de hierro, hechas en forja, y con mangos de madera”, detallaba. 

Este popular evento, que atrajo numerosos visitantes a la localidad, formaba parte de la programación que Artajona ha preparado para celebrar San Saturnino, su patrón. 

Los y las participantes tenían que completar 50 metros.

Los y las participantes tenían que completar 50 metros. Saioa Martínez