De la resistencia del pueblo saharaui, Kristina Berasain ha escrito en euskera, su libro Sahara, Herri bat erresistentzian. Al Sahara se encaminó en su primera salida como periodista de internacional en 2005. Para esta periodista de Estella-Lizarra, aquel viaje marcó su futuro. Berasain vio las imágenes sin saber qué estaba pasando en realidad porque el del Sáhara es un conflicto “silenciado” y en el que Marruecos ejerce un bloqueo persistente a los periodistas. Fue detenida y expulsada del Sáhara. En 2015 consiguió entrar de nuevo y durante cinco días vivió en El Aaiún, donde entrevistó a los activistas saharauis que estaban viviendo la represión en el Sáhara ocupado. También ha visitado varias veces los campamentos que el pueblo saharaui habita en Tinduf en la Hamada argelina, una zona muy expuesta en la que sufren rigurosas condiciones climáticas. De esa experiencia y de su propio trabajo, Berasain fraguó este libro que es “una crónica periodista” que recoge la historia de El Sáhara, desde que se creó el Frente Polisario hace ya 50 años: “es un viaje del pasado hasta el presente del pueblo saharaui”. Un periplo que cuenta los años bajo el colonialismo franquista y la posterior Marcha Verde con la que Marruecos presionó a España para que posteriormente abandonara El Sáhara y se celebrara el acuerdo Tripartito que nunca ha sido llevado a cabo por la ocupación de los territorios saharauis por Marruecos. Posteriormente llegó el éxodo de los saharauis y la guerra, el alto el fuego que duró 29 años y la reanudación de la guerra que lleva tres años contra Marruecos. “Se habla de que es un conflicto de baja intensidad pero una guerra es una guerra y siempre trae consecuencias dramáticas: hay muertes en las dos partes aunque desde el lado marroquí nieguen sus muertos”, aseguró Berasain quien describió la evolución de los combates hacia la tecnología “Marruecos está utilizando drones para bombardear el terreno liberado -el que está en manos del Frente Polisario-, a los nómadas que seguían viviendo. Con la ocupación marroquí se fueron a los territorios liberados y ahora están siendo bombardeados por los drones hasta la frontera con Mauritania, lo que ha hecho que muchos se hayan refugiado en los campamentos argelinos.

El libro habla también de los que viven en los territorios ocupados por Marruecos bajo represión férrea, donde los activistas están bajo amenaza y tienen prohibidas todas las señas de identidad culturales: el idioma hasannía, la poesía, las canciones, las banderas o la vestimenta. “Unas veces los encarcelan y torturan y un elemento que se está dando en este guerra es que, antes, los llevaban a la cárcel pero ahora paramilitares marroquíes están sitiando las casas de los activistas saharauis convirtiéndolas en sus propias cárceles”.

Un ejemplo de esto es el de la activista Sultana Khaya, que estuvo 557 días y noches sitiada; los paramilitares marroquíes entraban en su casa “la violaron delante de su hermana y de su madre y le destrozaron su casa. Esta mujer se ha convertido en un símbolo de la resistencia. Subía todos los días a la azotea a hondear la bandera saharaui”.

La periodista navarra, destaca la determinación de este pueblo que, a pesar de los 50 años de ocupación; de estar separados entre los territorios ocupados, liberados o en los campamentos, “es un pueblo que sigue en lucha y sigue en resistencia”.

Una población que como en Palestina, es muy joven “se pueden hacer muchos paralelismos entre el pueblo saharaui y el palestino. Israel y Marruecos son aliados y dos estados ocupantes. “Marruecos está utilizando los drones que se construyen en Israel. En los dos países hay un muro de separación y el del Sáhara se hizo con el asesoramiento de Israel, así como el apartheid y la represión que se está llevando a las dos poblaciones".

“Llevo 20 años comprometida con el tema, el periodismo también es compromiso y me he quedado atrapada por el pueblo saharaui, es el conflicto que mejor conozco”. En el libro se hace un recorrido de la historia del pueblo saharaui a través de pequeñas historias que son los testimonios recogidos “a lo largo de estos últimos 20 años”.

Sobre el cambio de política respecto al reconociendo de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental “está claro que es algo vinculado al programa de espionaje Pegasus, otro programa israelí que Marruecos ha utilizado para espiar, controlar los móviles de mucha gente; hay que hablar del Morocco Gate en la UE donde Marruecos utiliza toda su red de espías para tratar de provocar que todas las medidas europeas sean a su favor”.

El saharaui es un pueblo en resistencia, “un ejemplo de dignidad que sigue luchando por lo que todas las resoluciones de Naciones Unidas reconocen su derecho a la independencia. En este caso solo habría que cumplir con ellas para que se resuelva un conflicto que tiene un origen político y que tiene que tener una solución política y ahí apelar a la responsabilidad que tiene España en este conflicto porque no hay que olvidar que mantiene su responsabilidad de Iure”.

Junto con la publicación del libro, también se ha editado el disco Saharari Kantari que pretende hacer un guiño al pueblo saharaui y que Kristina Berasain ha puesto en marcha reuniendo a dieciséis cantantes y grupos vascos: Mikel Laboa, Oreka TX, Mikel Urdangarin, Anari, Iker Lauroba, Esti Markez, Fariba Sheikhan, Postal Kolekzionistak, Physis versus Nomos, Pello Reparaz, Izaro, Olatz Salvador, Idoia Asurmendi, Itziar Ituño, Eñaut Elorrieta y Olaia Inziarte. Todo este proyecto se colminará e viernes 22 de diciembre en un concierto en el Kursaal de Donostia “y para el que todavía queda alguna entrada”.

“El País Vasco y el Sáhara son dos pueblos muy cercanos, hay mucho compromiso en Estella, en Pamplonao en Donostia con los niños que vienen, con las caravanas de alimentos. También hay alumnas de aquí que han visitados los campamentos. Yo siempre digo que cuando se conoce al pueblo saharaui te parece un conflicto tan injusto que te atrapa”.