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Un nuevo libro sobre la Catedral de Tudela para cubrir la ausencia de guías de mano

Coordinado por la Asociación de Amigos de la Catedral de Tudela, es la primera que se hace desde hace más de 35 años

Un nuevo libro sobre la Catedral de Tudela para cubrir la ausencia de guías de manoUnai Beroiz

Con la intención de “impulsar el interés por el conjunto catedralicio, sus valores históricos, artísticos, culturales, cívicos y espirituales”, la Asociación de Amigos de la Catedral de Tudela, ha editado una guía de mano sobre la riqueza de la joya arquitectónica gótica de la capital ribera. De hecho, este objetivo es una de las máximas bajo la cual nacieron como colectivo y vieron la necesidad de esta guía de mano ya que los trabajos que existían hasta ahora eran demasiado exhaustivos pero no servían para que quienes visitan el templo conocieran su historia y arte. “La anterior era de Julio Segura (hace más de 35 años) y si no la de 2007 pero es una monografía monumental realizada después de la rehabilitación. No era algo útil para que lo usen los visitantes. La gente reclamaba algo más útil y más ameno”, explicó Jorge Jiménez, doctor en Historia y socio de la asociación.

De esa manera se realizó la guía con dos premisas fundamentales, que no fuera de un único autor (solicitaron a historiadores e historiadoras de arte y restauradores textos breves y amenos) y que hubiera en la mayoría de los capítulos novedades y reflexiones nuevas de los últimos descubrimientos, tratando de “evitar el formato de guía tradicional que comienza en un punto y acaba en otro”.

Así, son muchas las personas que han colaborado en esta edición que en cada uno de los capítulos ofrece una mapa de los elementos de la catedral en los que va a profundizar, ofreciendo al visitante visiones diferentes en cada uno, no necesariamente lineales ni cronológicas. Quienes han participado son Eloísa Ramírez, Jesús Sesma, Amaya Zardoya, Lucía Lahoz, Jorge Jiménez, Carolina Naya, Elba Ochoa, Carlos Carrasco, Ana Ágreda, Juan Carlos Lozano, Alicia Ancho y Violeta Romero, con fotografías de Blanca Aldanondo.

Coordinadores de la elaboración de la nueva guía.

Gloria González, historiadora y presidenta de la asociación, explicó que aunque iba a salir antes, “se ha ido retrasando porque queríamos hacerla con nuestros fondos, pensando que era factible, pero con las subidas de precios había que frenar y buscar otra línea de financiación, lo que ha sido posible gracias a una subvención del Gobierno de Navarra”.

La obra se divide en cuatro apartados a lo largo de 150 páginas: Los primeros siglos (De Tutila a Tudela y Vestigios arqueológicos), La colegiata medieval (Claustro y dependencias anejas, Sobre las puertas y portadas, El espacio interior y La moda en las artes: lujo, rango y protección contra la peste), Transformaciones de la Edad Moderna (La actividad de promoción de Pedro Villalón, Reformas y ampliaciones barrocas de la colegista, Manto y delantal de Santa Ana y Las pinturas de Vicente Verdusán) y como final La Catedral recupera su esplendor. Las últimas restauraciones (La escultura monumental y La restauración del ajuar mueble).

Además, en el libro también se aportan unos códigos Qr que, en el caso del claustro, enlazan con la digitalizaciones de los capiteles que hizo la UPNA en tres dimensiones y que permite al lector ampliar en detalle y conocimiento.

Carlos Carrasco explicó que el libro cuesta 10 euros para los socios y 15 para los demás y se puede adquirir en el Museo de Tudela o en la librería Letras a la taza. La obra ha sido editada por Graficas Larrad y se han sacado 750 ejemplares a todo color. “Se pidió subvención al Gobierno en ayudas a la edición y se logró la cuarta puntuacion más alta de Navarra ya que se valoró la calidad de la publicación, por el tema y los autores, la vinculación con la realidad de Navarra y la trayectoria de la asociación”. La ayuda ha sido de 3.000 euros que cubre el 70% de los costes que ha sido de unos 4.300 euros.

Historia de la catedral de Santa María de Tudela

Como primer paso hay que conocer que la hoy catedral de Santa María se asienta sobre la antigua mezquita mayor de Tutila, la medina que hacia el 841 se consideraba ya como un “verdadero centro urbano islámico”, bajo el mandato de Musa ibn Musa, del clan de los Banu Qasi. Aquella medina cayó ante las huestes cristianas el 22 de febrero de 1119. La mezquita, orientada en sentido transversal a la actual catedral, sirvió de base para que muy pronto se construyese un gran templo ya que existe una primera consagración en 1121. Por este motivo, las huellas en los elementos constructivos son visibles, aunque en cierta manera se arrasó el edificio que ocupaba desde el primer lienzo del claustro hasta la mitad de la plaza Vieja. Parte de los cimientos se mantuvieron en la zona del claustro o incluso en alguna columna de la nave central y el muro de la quibla de la mezquita se encuentra en una de las paredes de la sacristía de la capilla del Espíritu Santo.

Pilar Andueza explica que el claustro de la catedral de Tudela, construido en el último tercio del siglo XII, fue concebido con una planta rectangular, con las crujías este y oeste más largas que las del norte y sur, con doce y nueve arcos de medio punto en cada lado respectivamente, apeados de manera alterna sobre columnas pareadas y triples.

El claustro sufrió importantes transformaciones a lo largo de su historia. Se eliminó la cubierta original y sobre la arquería románica se añadió una estructura de bóvedas de crucería simple de ladrillo y yeso a mayor altura. Sobre esta nueva disposición se añadió en los lados norte y oeste otro nivel superior para albergar diversas dependencias de la catedral y del Palacio Decanal (hacia 1515). Coincidiría por tanto con la llegada a Tudela del deán Pedro Villalón, camarero pontificio que impulsó las obras del Palacio Decanal cuyas nuevas estancias se extendieron sobre la crujía occidental.

El extraordinario peso añadido sobre la arquería de medio punto obligó a cegar los vanos románicos y construir gruesos machones de ladrillo hacia el patio para contrarrestar su empuje. Esta acción afectó a los capiteles, dejó varios ocultos por la nueva obra, mientras la mayoría quedó parcialmente tapada en dos de sus caras por los tabiques de ladrillo erigidos. Pedro de Madrazo tras haber recorrido la catedral tudelana en 1885, se refería al claustro como “lóbrego y triste por el tabicado de sus arquerías, pero galano y luminoso sin duda alguna cuando las conservaba abiertas”. Así llegó hasta 1940.

El 16 de diciembre de 1884, una Real Orden declaró oficialmente la catedral de Tudela monumento nacional, “teniendo en cuenta la importancia histórica y artística” del edificio y la puso “bajo la inmediata inspección y vigilancia de la Comisión de monumentos”.

El claustro románico de la catedral de Tudela, construido en el último cuarto del siglo XII, llegó al siglo XX en un estado de conservación deplorable, tanto desde el punto de vista estático como estético. Desde 1941 a 1960 la Institución Príncipe de Viana llevó a cabo su restauración bajo la dirección del arquitecto José Yárnoz Larrosa.

Las últimas restauraciones que se realizaron durante tres años entre 2003 y 2006, en el templo, y tuvieron su continuación posterior en el claustro y, finalmente, en la Puerta del Juicio. Todas dejaron a la vista el mal estado en que se encuentra la piedra, fruto de sus características, los problemas de las inclemencias climatológicas y algunos daños que ocasionaron antiguas restauraciones.