En Doneztebe, Casa Taberna se prepara para cerrar sus puertas después de más de dos siglos de servicio. La jubilación de Resu Etxebeste marcará el final del que probablemente sea el comercio más antiguo de la localidad.

Para recordar los inicios de Casa Taberna, “nos tenemos que remontar a cuando no había luz” explican las hermanas Resu y María Esther Etxebeste. “Este negoció comenzó su andadura dedicándose a la elaboración de velas y chocolate”. La primera tienda se ubicaba enfrente de la actual Casa Taberna. Sin embargo, no se sabe con exactitud la fecha en la que abrió sus puertas, ya que no hay registros en el Ayuntamiento. “Parece que hubo algún incendio” cuentan Resu y María Esther, pero “habría abierto sobre e año 1820”.

En cuanto a su historia personal, ambas recuerdan perfectamente cómo “desde crías” siempre estaban “enredando en la tienda: doblando piezas de tela, ordenando las estanterías… Haciendo lo que podíamos o lo que nos dejaban”. 

Una de las claves por las que este negocio ha logrado adaptarse al paso del tiempo ha sido su capacidad para el cambio. Así, lo que en un principio comenzó como una tienda en la que adquirir velas y chocolates, con el paso del tiempo, fue modificando sus productos. Casa Taberna fue incorporando otro tipo de artículos como colonias, juguetería, mudas, droguería… Incluso hubo un tiempo en el que en parte de la tienda se vendía electrónica: televisores, radios, lavadoras…”ya que a nuestro tío Javier le encantaba todo lo relacionado con la electrónica” relatan. Además, añaden, “hubo años en los que la tienda tuvo sastrería y taller de modistería. Todo se confeccionaba a medida”.

Pero durante su larga historia, este comercio doneztebarra también ha tenido que hacer frente a situaciones complicadas. Resu y María Esther cuentan cómo en los años de guerra y posguerra “lo pasaron muy mal. Les requisaron todo el género por ser republicanos, les quitaron hasta una furgoneta que tenían e incluso le mandaron a nuestro tío Javier exiliado a Madrid”.

Posteriormente, en 1953, Javier Taberna se casó con Virtudes Echeveste y “entre los dos levantaron de cero el negocio”. Aunque económicamente fueron “tiempos difíciles”, la tienda continuó adaptándose a las nuevas necesidades de la sociedad y lograron reconstruir Casa Taberna.

Las generaciones posteriores, Resu y María Esther, se incorporaron de forma natural al negocio, continuando con la tradición y adaptándose a los continuos cambios. Últimamente, cuentan que han funcionado muy bien “con las cortinas a medida”.

Pero más allá del negocio, todos estos años les han servido también para conocer a mucha gente. “Muchas veces, la relación, más que de vendedor a cliente, ha sido de verdadera amistad” resaltan. Incluso a veces, ha habido clientes que “se desahogaban aquí, contándonos a nosotras sus problemas porque sabían que nuestro lema ha sido siempre ver, oír y callar”.

El cierre de Casa Taberna, aunque inevitable, no llega sin pesar. “Nos da mucha pena cerrar ya que se trabaja muy bien, pero los años pasan y ha llegado el momento”, confiesan. Pero ellas no son las únicas apenadas. “La gente nos dice que les da muchísima pena e incluso algún cliente nos ha dicho que no se nos ocurra cerrar hasta que él se muera” añaden de manera anecdótica.

En cuanto al futuro de los comercios en Doneztebe y la zona, las dueñas reconocen la necesidad de adaptarse a la evolución de la sociedad y las tendencias. “Hay una evolución en la forma de trabajar y los comercios tienen que adaptarse a la situación actual”, observan.

Así, Casa Taberna se despide esta semana después de más de 200 años de historia. Por su parte, las hermanas Resu y María Esther quieren expresar su agradecimiento a todos los que de una u otra manera han formado parte de esta larga historia: “Por nuestra parte nos sentimos muy apreciadas y queremos dar las gracias a todos y todas por todo. Eskerrik asko”. 

De esta forma, tras más de dos siglos de historia e historias, este negocio de toda la vida se despide estos últimos días de sus clientes y vecinos. Y aunque las puertas físicas de Casa Taberna se cierren, su memoria y contribución perdurarán por mucho tiempo en Doneztebe y en la comarca.