Lodosa ha trasladado a la planta baja de la casa consistorial las oficinas municipales, un servicio que hasta ahora se prestaba en el primer piso. De acuerdo con la alcaldesa, Laura Remírez, este cambio se debe a que “el lugar en el que estaban las oficinas hasta ahora era poco accesible, tenía muy poco espacio, había que entrar de uno en uno y la gente tenía que esperar y hacer cola en la escalera; era poco apropiado y no era nada amable”.

Abajo, insiste, estaba la oficina de desarrollo local con mucho espacio desaprovechado, por lo que ahora han desplazado ahí el registro de entrada mientras que arriba han dejado contabilidad, urbanismo y el juzgado de paz junto a la sala de comisiones, el salón de plenos y la Alcaldía.

El acceso también se hará por otro sitio y es que la puerta que queda a la derecha mirando el edificio de frente y por la que hasta ahora se entraba a la oficina de desarrollo local ha quedado inhabilitada y habrá que entrar por la del centro (las personas con movilidad reducida tendrán que usar la del lateral, que no tiene escalón).

La inversión, concluye Remírez, ha sido mínima, pero, eso sí, ya adelanta que los cambios no quedarán ahí puesto que les gustaría poder reorganizar y aprovechar mejor todos los espacios del inmueble ya que ahora mismo “está todo muy mal repartido. Sin embargo, tendremos que esperar a que haya subvenciones”.