En el IES Marqués de Villena, antes de bajar la persiana y sumergirse de lleno en el verano, han hecho un balance de uno de los proyectos que han puesto en marcha este curso y que, apuntan, “ha sido un éxito y muy beneficioso para la comunidad educativa en general, y que va alineado con el compromiso con la metodología de Aprendizaje Servicio: Aprendiendo a enseñar”. La iniciativa se basa en dos aspectos fundamentales; por un lado, el alumnado de 4º ESO, de forma voluntaria, ha aportado sus conocimientos educativos tutorizando a estudiantes de 1º ESO que necesitan de un apoyo escolar fuera del horario lectivo y, por otro lado, en el trabajo en red con los Ayuntamientos, bibliotecas y servicios sociales de la zona, que ayudan y acompañan por las tardes a estos jóvenes.

Durante este curso, insisten desde el centro, el equipo de PROA+ (Programa para la Orientación, el Avance y Enriquecimiento Educativo) con Elena Sada a la cabeza, eligió una de las Actividades Palanca que plantea el Ministerio de Educación; en este caso, La tutoría entre iguales. “Fue fácil ponerla en funcionamiento porque ya existía la estructura de cursos anteriores con el proyecto RIZOMA y su coordinador Iñigo Aguerri junto con la RED existente con los Servicios Sociales de la zona”.

El proyecto, apuntan, “nace con nuevo impulso fruto de un análisis de diagnóstico de centro y, tras percibir la necesidad que tiene una importante parte del alumnado de crear rutinas de estudio y de tener un seguimiento fuera del horario académico formal”. 

Aprendiendo a enseñar ha estado en marcha durante cuatro meses en las bibliotecas de Cadreita, Villafranca y Milagro (localidades de algunos de los estudiantes del centro), y en el instituto de Marcilla. “25 alumnas y un alumno han sido las protagonistas del éxito de esta actividad al dedicar parte de su tiempo libre a ayudar a compañeros y compañeras que desde las tutorías se propusieron tras los resultados de la primera evaluación”. 

Las alumnas de 4º de la ESO que han participado en esta iniciativa

Las jóvenes profesoras, de forma altruista, han dedicado su esfuerzo “a tratar de establecer rutinas entre su alumnado, a ayudarles con la tarea de cada día y a reforzarles en aquellas asignaturas con peores resultados”. Generalmente, explican, cada grupo acudía con dos de estas voluntarias que se organizaban por días y horas en función del tiempo del que disponían. 

Proyecto a repetir

Desde el instituto agradecen “el esfuerzo semanal del trabajador social, el técnico de prevención, Iñigo Aguerri y la profesora de secundaria Leonor Jiménez, así como el de las y los responsables de las bibliotecas de los diferentes municipios que han tenido que ir adaptando diferentes espacios durante la realización de las sesiones”.

Además, y como valoración final, destacan “el nivel de compromiso de los y las alumnas de 4º, así como la experiencia enriquecedora para el alumnado de 1º, que ha aprovechado al máximo esas horas semanales por las tardes para repasar y reforzar sus conocimientos recién adquiridos. Para los próximos cursos nos queda el reto de que haya más referentes masculinos colaborando”.