Teder presentó los resultados de la nueva metodología de ahorro energético EKO iSAVERS 50/50 con la que han conseguido que los consumos desciendan una media de un 10 %. Un proyecto que ha contado con la ayuda de alumnado y profesorado que han sido los protagonistas en este proyecto de ahorro energético con carácter pedagógico, que pone el foco en las personas usuarias de los edificios como agentes activos en la gestión energética de los centros de manera “divertida y participativa”. 

Ha sido la primera edición en la que han participado siete centros educativos de Tierra Estella, entre ellos, los colegios públicos de Allo, Sartaguda, Dicastillo y Villatuerta, las ikastolas de Estella-Lizarra y Viana, y el I.E.S Tierra Estella. Centros que han aplicado este curso la metodología 50/50 por la cual se reinvierte el 50% de los ahorros obtenidos en las escuelas, mientras que el otro 50% beneficia a los ayuntamientos, quienes tienen la oportunidad de invertir en material o mejoras escolares. Para la presidenta de Teder, Carmen Puerta, la consecuencia de este proyecto ha sido la de conseguir “conciencia con el medio ambiente”.

La iniciativa también ha contado con el apoyo del Programa Innova de la Fundación Caja Navarra y la Fundación La Caixa, que ha invertido 3 millones de euros anuales en iniciativas con carácter social y transformador en Navarra. “El programa Innova es como el despliegue de un ecosistema en el que incluimos asesoramiento técnico, formaciones, actividades y mediación constante que nos permite impulsar ciertos proyectos” resaltó su representante, Cristina del Estal.

Proyecto de Infoenergía

Por su parte, Mikel Muñoz, técnico del servicio Punto Infoenergía destacó el carácter transversal y pedagógico de la propuesta “la idea del proyecto es que sea el propio alumnado el que asuma el control de las temperaturas de cada centro”. Algo que se ha conseguido ya que “ahora los alumnos ya saben qué es una temperatura de 24º o una de 14º y la energía que hay que consumir para superarla”, aseguraba Fultxo Crespo desde la ikastola Erentzun de Viana. 

La realidad también ha quedado retratada entre las anotaciones y gráficas ya que en este tipo de centros de carácter rural se vive al límite del confort térmico: hay temperaturas medias de 19 grados, que se sitúan por debajo del confort térmico. Una lucha que no siempre consigue llegar a buen puerto ya que la iluminación y la calefacción generan costes “muy elevados difíciles de controlar”, aseguró Muñoz quien destacó también que junto al proyecto se ha creado una guía que contiene la metodología y los materiales didácticos que está ya al alcance de todos los centros de los que espera que en el futuro, también participen en este proyecto.