En su quinta temporada, el proyecto de la Casa de la Becada – Gure Etxea ubicado en Garralda (valle de Aezkoa) va cogiendo cada vez más fama a nivel estatal e incluso internacional. Se trata de una iniciativa pionera, impulsada por el Club de Cazadores de Becada con Perro con el apoyo del Ayuntamiento de Garralda, que promueve en un terreno de 2000 hectáreas la caza sin muerte mediante el anillamiento científico y el censo de becadas con perros. “Somos la primera asociación de cazadores que lleva a cabo un proyecto de estas características y estamos encantados. Para quien viene del Sur, poder pasear con sus perros por los hayedos de Garralda, es lo máximo”, confiesa el navarro Miguel Minondo, uno de los principales impulsores.

VOLVER DE RUSIA

Hasta el momento, en estas cinco temporadas (del 12 de octubre al 31 de marzo), han anillado más de 300 becadas a través de unos dispositivos, los cuales les permiten obtener información vía satélite del comportamiento de cada especie. De hecho, esta práctica les ha llevado a evidenciar, por un lado, la afección que tiene el cambio climático en estas especies, ya que los otoños e inviernos cada vez son más suaves y eso hace que se retrase su migración. “Al ser el Pirineo una zona fría y con nieve, pensábamos que se marcharían de Garralda, pero, para nuestra sorpresa, vemos que un contingente importante permanece en el invierno”, asevera Minondo. Asimismo, el estudio demuestra que, al ser una reserva de caza y no haber muerte, una becada que pasa el invierno en Garralda, tiene en los años siguientes más fidelidad a ese mismo lugar. De hecho, la mayoría de becadas que ellos anillan y recuperan, lo hacen en la misma pradera. “El jueves capturé una becada que habíamos anillado un año antes. Pasó el invierno en Garralda, fue a Rusia en primavera, crió y ha vuelto exactamente el mismo día y a la misma pradera. El sentido de orientación es increíble”,dice.

“Nuestra prioridad no es matar el animal, sino mejorar el trabajo del perro y de la raza”

Miguel Minondo - Club de Cazadores de Becada con Perro

Conclusiones a las que hubieran llegado de no haber puesto en marcha La Casa de la Becada. Y, justamente, este proyecto nació con la idea de poder ver la evolución de la abundancia de becadas a lo largo de un tiempo, comprobar los efectos de las olas de frío en su comportamiento y poder conocer la mortalidad de las becadas que anillan. “Cuando empezamos, pensábamos que las becadas se iban a recuperar bien por caza o por otros anilladores al sur de la Península. De momento, todo lo contrario: la mayor parte de las becadas que son cazadas son en zonas en un radio de 100 kilómetros. El frío no las está obligando a ir muy lejos”, añade.

SIN ESCOPETAS

Precisamente y dada su importancia, es en Garralda donde comenzaron a mediados de noviembre, en colaboración con la Federación Navarra de Caza, las pruebas selectivas del Circuito del Máster CCCB. Se trata de una serie de pruebas en las que los participantes con sus perros van clasificándose de cara a la final de una 17ª edición que se celebrará el 9 de marzo en La Guarguera (Huesca).

En el caso de Garralda, participaron 80 perros, la mayoría de raza setter inglés, venidos de lugares como Galicia, Catalunya, Valencia, Aragón y, por supuesto, Navarra. “Este año ha venido más gente, lo cual es bueno para activar el turismo en la zona. Y lo que se valora es el trabajo de los perros, su olfateo y si la becada levanta el vuelo. No hay escopetas”, explica.

Con la consolidación de este proyecto, poco a poco están logrando crear conciencia entre el público de que se trata de una práctica que no acarrea la muerte. “Nos gustaría realzar ese carácter sostenible porque siempre se identifica la caza con abatir un animal. En este caso, somos gente que tiene una afición a los perros y a la cinofilia tremenda. Nuestra prioridad no es matar el animal, sino mejorar el trabajo del perro y de la raza”, concluye.