José Luis Erdozia Mauleon (Etxarri Aranatz, 1956) no para. Y es que tiene entre manos otro libro, Sakanako bazelizak XXI. mendean sobre las ermitas de Sakana, solo dos meses después de publicar Burunda. Historia eta toponimia y unas semanas del estreno de la película amateur Ai, hau pena nik, de la que es guionista y director. El libro se presentará este jueves en el Hotel Olatzea de Arbizu, a las 18.30 horas. Al día siguiente se proyectará en Altsasu la película, a las 19.00 horas en el Centro Cultural Iortia.
En relación al libro, el duodécimo que publica este profesor jubilado y euskaltzain, tiene como principal objetivo dar a conocer este patrimonio material e inmaterial de Sakana. “Aunque la mayoría son edificaciones austeras, casi todas ellas tienen auténticas joyas arquitectónicas entre sus componentes”, apunta.
“Las ermitas son testigo de los despoblados de la Edad Media, tal y como queda patente en la toponimia y en documentos antiguos”, destaca Erdozia, que recoge más de medio centenar de ermitas a lo largo de la comarca, aunque no todas siguen en pie. Y es que 11 se encuentran semiderruidas y en tres apenas quedan restos materiales. Ademças hay dos que no pertenecen administrativamente a Sakana. “43 ermitas están totalmente en pie. No están recogidas en el libro las iglesias principales de cada pueblo, visibles en los sitios altos y céntricos, rodeados de casas”, observa. Todas están documentadas con fotos, una invitación a conocerlas.
Este recorrido por las ermitas comienza en el valle de Arakil, en Trinidad de Erga y finaliza en el valle de Burunda, en Ziordia, de este a oeste. Ubicadas en los términos municipales de las diferentes localidades, en muchos casos son motivo de romería. A veces son la fiesta entre la fiesta, un día marcado en rojo para reunirse con la familia y amistades en un ambiente festivo. Lass romerías a San Adrián en Etxarri Aranatz y Lizarraga, cada pueblo con su ermita; Santa Marina en Bakaiku e Iturmendi o la de San Pedro en Altsasu y Urdiain, que en ambos casos comparten la titularidad de las mismas, son ejemplo de ello. Así, este libro también es una herramienta para recordar épocas pasadas. “En tiempos difíciles era un día para poder hacer lo que no se podían permitir el resto del año, o a menudo al menos, un día para disfrutar de los auzates del ayuntamiento y de la cofradía”, apunta.
Estas ermitas también fueron motivo de pleitos, recogidos en los archivos, de los que algunos se recogen en la publicación, antes del listado de las edificaciones.
INMATRICULACIONES
Este libro también quiere reivindicar la recuperación de su propiedad. “Muchas han sido inmatriculadas por el Arzobispado de Pamplona, no hace muchos años. En Francia y en Portugal son propiedad de los pueblos”, destaca. En el caso de Sakana, la titularidad de 17 es de los pueblos. “En Uharte Arakil, por ejemplo, en el listado de inmatriculaciones, no aparece mencionadas San Miguel de Aralar ni la ermita de la Trinidad de Aralar, pero si aparecen inmatriculados 89.000 metros cuadrados de terreno con edificaciones, sin especificar cuáles”.