Los 146 habitantes de Ezkurra disponen desde hace seis meses de una nueva depuradora que evita el anterior vertido a la regata Aztugo. Una vez superada la fase de pruebas, la instalación, que ha requerido una inversión de 432.155 euros, funciona a pleno rendimiento. En la mañana de ayer la alcaldesa Jaione Zabalo, los concejales Bautista Mariezkurrena y Peio Zestao junto a la secretaria María José Ezkurra acompañados por personal de NILSA, Fernando Mendoza, Gregorio Berrozpe, Roberto Fernández y Julen Fernández, visitaron la instalación y pudieron comprobar el pleno rendimiento de la nueva depuradora de Ezkurra.
NILSA es la sociedad pública adscrita al departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra dedicada a la depuración de aguas residuales, que gestiona el canon de saneamiento, impuesto que toda la ciudadanía paga en el recibo del agua y que financia la construcción y posterior mantenimiento de estas infraestructuras.
En el caso de Ezkurra, hay que destacar también que las redes municipales fueron renovadas en 1997 con un sistema separativo de aguas pluviales y fecales, que evita que agua de lluvia llegue a la instalación. Esta forma separativa de alcantarillado municipal es la óptima para evitar tratar volúmenes de agua que no tienen contaminación, como son las precipitaciones meteorológicas.
En 2022, la corporación de la localidad visitó la cercana depuradora de Beintza-Labaien, para comprobar su funcionamiento y su escaso impacto en el medio. Fue en este mismo año cuando se presentó al Ayuntamiento por parte de NILSA el proyecto de una instalación que se construyó en 2024.
Se estudiaron cuatro alternativas de ubicación, una primera junto al actual punto de vertido, una segunda, alejada 86 metros, una tercera alejada a 217 metros y protegida por una banda vegetal y una cuarta, cruzando el vertido hasta la margen izquierda de la regata Aztugo. Las fuertes pendientes del terreno y la dificultad orográfica general hicieron considerar todas las alternativas posibles evaluando distancia, acceso, coste económico, riesgos de seguridad (corrimiento de tierras, principalmente), y afecciones paisajísticas y medioambientales.
La primera se descartó por encontrarse demasiado próxima a las viviendas, a 40 metros, si bien era la más económica con un presupuesto de 357.384 euros. La segunda, un 9% más costosa (389.562 euros), contemplaba una excesiva pendiente del 23% y solo estaba a 86 metros de las viviendas. La cuarta, demasiado próxima a un caserío y con una fuerte pendiente de casi el 20%, también fue desestimada. NILSA, finalmente, optó por la tercera opción como óptima, a pesar de ser la más costosa (un 26,6% más que la solución más económica), basándose en la mejor integración paisajística, la distancia de más de 150 metros hasta el núcleo urbano y la facilidad de acceso (13% de pendiente).
Dado que la topografía de la zona lo permitía, se optó además por una depuradora de lecho bacteriano con distribución de agua por balancín, lo que significa que un distribuidor de agua la vierte sobre un lecho en el que las bacterias que crecen se alimentan de la suciedad del agua residual, limpiándola. Además, se ha dispuesto de un humedal final de retención, que actúa como elemento de seguridad, reteniendo el agua en momentos de grandes caudales si es necesario, antes de devolverla al río en buenas condiciones.
Para este tipo de poblaciones pequeñas, con menos de 150 habitantes, las soluciones de depuración exigen un gran esfuerzo encaminado a instalar sistemas robustos que requieran de muy poco mantenimiento y que, además, si es posible, funcionen sin energía eléctrica, lo que reduce la posibilidad de averías considerablemente, así como su coste de operación.
La depuración es una actividad muy demandante de energía eléctrica y financiarla, como el resto de las operaciones que componen el tratamiento del agua residual, supone ajustar el canon de saneamiento, un impuesto que toda la ciudadanía paga a través del recibo del agua y que gestiona NILSA. De manera que cuanta menos energía consuman las instalaciones, menor costo total se producirá. Por lo que es una ventaja añadida este tipo de sistemas –que ofrece todas las garantías de calidad del agua– para poblaciones de baja densidad de habitantes.