El Ayuntamiento de Tafalla presentó el pasado 18 de marzo el Diagnóstico de Convivencia Intercultural, un informe elaborado por la empresa Proyecto 21 que tiene como objetivo analizar las relaciones sociales entre la población autóctona y migrante en la ciudad del Zidacos. Para su elaboración se ha contado con la participación de más de 200 personas, entre representantes de todas sus Áreas, miembros de la Comisión de Bienestar Social y asociaciones culturales. El informe se ha centrado en los testimonios de la ciudadanía de origen migrante, principalmente, no de la nativa.
Los datos muestran que la realidad social y demográfica de Tafalla se ha transformado de forma palpable durante los últimos 20 años, tendencia que se intensificará durante la siguiente década. A pesar de que la ciudad mantiene similar cantidad de habitantes, su origen y condición es cada vez más diverso y a menudo distante.
Si en 2003 era del 7,6%, la población extranjera de Tafalla actualmente llega al 22,2%, teniendo en cuenta los nacidos aquí con nacionalidad extranjera. A principios de siglo se aprecia como el "boom" del ladrillo trajo una gran llegada de personas foráneas que se paralizó tras la crisis de 2008, pero que emergió de nuevo tras ella. El crecimiento durante los últimos dos años ha sido elevadísimo, aumentando la población migrante un 4% más.
La cantidad de habitantes se mantiene debido a la migración, ya que en Tafalla hay 1.256 personas autóctonas menos que hace dos décadas, pero continua en torno a los 10.800 vecinos. En cuanto a la disminución nativa, se debe principalmente a defunciones, baja natalidad y migraciones a otros países europeos. Cabe matizar que el análisis no recoge la migración llegada de España e interpreta como autóctona toda persona nacida en el Estado.
En cuanto a la edad, el primer síntoma demográfico claro que se aprecia en Tafalla es el envejecimiento poblacional. El 20% es gente joven (14-30 años) pero la tasa de envejecimiento es del 23,66%, tres puntos mayor que la tasa navarra. Sin embargo, la media de edad de la gente migrante es menor que la autóctona, 39 frente a 48. Solo el 14% de los autóctonos son jóvenes mientras que el 25% de los migrantes son menores de 30 años. Casi 1 de cada 3 autóctonos está jubilado, pero solo el 6% de los inmigrantes lo está.
Si se atiende a la distribución de los migrantes, el norte porcentaje mayor de personas migrantes. Las zonas de Carabanchel y Las Torres (30%), La Panueva (26%) o el Casco Viejo (20%) son los más diversos. Esto se debe probablemente a que la gran expansión urbanística de Tafalla en el siglo pasado se dio hacia el norte y son pisos que han quedado envejecidos, vendidos o arrendados a menor precio. Por el contrario, es representativo que en las zonas de adosados y nuevas construcciones la migración a penas llega al 5%.
61 Culturas
El diagnóstico toma el nombre de La Tafalla de las 61 culturas, ya que la ciudad cuenta con gente originaria de 58 países y dentro de la población autóctona se darían otras tres; la vasco-navarra, la española y la gitana. Hay que matizar que dentro de los países emisores también se pueden dar diversas culturas sin estado, que no se han contemplado, como es el caso de los bereberes, kurdos, etc.
En cuanto a oriundez de los tafalleses y tafallesas, destacan tres nacionalidades: Colombia (417 personas), Marruecos (411) y Bulgaria (391). El 18% de las personas migrantes de Tafalla son colombianas, otro 18% marroquíes y un 17% búlgaras. Les seguirían Ecuador (9%), Senegal (4%), Venezuela (3%), Brasil (3%), Portugal (2%), Bolivia (2%), República Dominicana (2%), etc.
Casi la mitad de la comunidad migrante proviene de Latinoamérica mientras que la asiática, por ejemplo, apenas llega al 2%. En el curioso caso de la comunidad búlgara, llama la atención las numerosas personas que provienen del mismo pueblo, Pletena, una pequeña villa de menos de 2.000 habitantes. En la presentación se propuso al Ayuntamiento realizar algún gesto de hermanamiento entre ambos municipios.
Desigualdad social
Cada persona y cada caso es distinto y es muy difícil hablar de migrantes de forma general, pero algo que engloba a casi la totalidad de la población migrante, según el diagnóstico, es la “situación de desigualdad social que enfrentan a su llegada”. Sobre ellos se ceba la precariedad laboral, pero su principal reclamo es el derecho a techo. Paradójicamente, son situaciones cada vez más compartidas por el resto de la población. En cuanto a la vivienda, remarcar que en Tafalla las demandas de vivienda protegida son de 722 personas para alquiler y 121 para compra. Mentar que el Gobierno de Navarra no facilita datos en cuanto al origen de los demandantes.
En las entrevistas del diagnóstico, la población migrante manifestaba dificultades para acceder a un alquiler, prácticas abusivas como el cobro por empadronamiento o subarriendos y discriminación en el caso principalmente de personas africanas, tanto árabes como subsaharianas. Hay que matizar que en todos los casos recalcaban que se ha mejorado mucho en este ámbito.
En el ámbito del trabajo, la tasa de desempleo alóctona es del 23,7%, frente al 6,8% de la autóctona. La gente migrante se encuentra a menudo con situaciones de economía sumergida en trabajos domésticos, hostelería, agricultura, etc. con sueldos de 7/8€ la hora. La brecha salarial es clara. El salario anual bruto de un tafallés nativo es de 27.884€ frente a los 20.614€ del migrante.
Idioma y educación
El 56% de las personas tafallesas nacidas en el extranjero tiene una lengua nativa distinta. En el caso de las personas que no hablan nada de español, a menudo ni siquiera acceden a las ayudas públicas. En ese ámbito, los cursos de alfabetización de CEBA e Itaka, que se dan en su mayoría a mujeres árabes, se han valorado positivamente en el informe municipal. Este no hacía alusión ninguna a la relación entre personas migrantes y euskera, por lo que queda pendiente de analizar.
Por otro lado, tal y como muestra el estudio, existe una concentración de alumnado inmigrante en ciertos centros educativos. Según los datos recogidos, “esto acarrea peor rendimiento académico, falta de participación de familias migrantes en las APYMAS y formaciones de guetos”. Se han detectado además en Tafalla, conflictos entre estudiantes de distintos orígenes (árabes contra latinos, marroquís frente a argelinos) por el control de ciertos espacios públicos.
Religión y socialización
En referencia a la religión, la tendencia nativa es el desarraigo religioso (según datos de poblaciones cercanas a Tafalla, más de la mitad se declara como no creyente). En el caso migrante es lo contrario: la mayoría de la comunidad migrante mantiene sus creencias religiosas, destacando la comunidad musulmana.
En cuanto a participación social y cultural, todas las personas migrantes, incluidas también las de procedencia española, concordaban en que a pesar de que la mayoría de la gente es amable y respetuosa, hay un aspecto muy cerrado en Tafalla: las cuadrillas. “Por lo visto es muy difícil entrar en una cuadrilla siendo de fuera”, afirmaban algunos. Por lo demás, se divisa poca participación de migrantes en asociaciones o estructuras ciudadanas. Destaca la baja participación de mujeres árabes en actividades comunitarias o feministas.
Muchas personas entrevistadas propusieron visibilizar sus costumbres y festividades (Día nacional de Bulgaria, Ramadán…) para acercarlas a la población nativa. En el informe, por el contrario, no se consulta a la población autóctona sobre su percepción hacia las diversas comunidades migrantes o el modelo migratorio.