Síguenos en redes sociales:

Sakana

Construyendo inclusión en el CIP FP Sakana

Alumnado del centro lleva a cabo este curso un proyecto de adaptación de mobiliario escolar para personas con diversidad funcional motriz

Construyendo inclusión en el CIP FP SakanaN.M.

Con el fin de romper barreras, alumnado del CIP FP Sakana de Altsasu trabaja este curso en un proyecto de adaptación de mobiliario escolar para personas con diversidad funcional motriz, dentro del programa Inizia de fomento del emprendimiento. “Desde hace años colaboramos con las escuelas rurales de Sakana y la Clínica Josefina Arregui en cubrir pequeñas necesidades que iban surgiendo. El curso pasado adaptamos utensilios para fomentar la autonomía de personas usuarias de la clínica, acercando a nuestro alumnado a una realidad enriquecedora”, cuenta Berta de Pablo, profesora de soldadura.

 Este curso quisieron dar un paso más y se pusieron en contacto con Maddi Urra, fisioterapeuta educativa de la zona. quienpropuso un proyecto de realizar adaptaciones desmontables para reposabrazos y alzas regulables en altura. Así, Ainhoa Martiarena, profesora de emprendimiento, además de Amaia Fernández e Iñaki Apalategi, de fabricación mecánica, junto a los grupos de segundo de grado medio de soldadura y segundo de grado superior de mecanizado se unieron con ganas e ilusióna la tarea, un reto que combina educación, innovación y responsabilidad social hacia un futuro más inclusivo.

Con el fin de conocer las necesidades existentes y dar respuestas, han trabajado con la ayuda de fisioterapeutas del CREENA (Centro de Recursos para la Equidad Educativa en Navarra). Así, diseñaron unos reposabrazos para sillas para facilitar mantenerse erguido y dar apoyo al molde de sedestación si fuese necesario, además de ayudar a la hora de sentarse y levantarse y no depender de otra persona. “Habíamos hecho chapucillas, pero eran cosas puntuales y soldadas que no se podían a adaptar a otras personas y al final acababan en el almacén”, recuerda de Pablo. Para buscar una solución, se unió al proyecto Patxi García, de fabricación aditiva, que ha diseñado adaptadores de plástico con impresoras 3D. Asimismo, para que el alumnado en silla de ruedas pueda acceder a una mesa, se han diseñado unos prototipos para alzarlos.

El alumnado, una veintena de jóvenes se implicó en este proyecto desde el principio, muy motivado por poder ayudar a facilitar el día a día de personas con discapacidad motora y romper barreras con el fin de que puedan participar plenamente en las actividades que se proponen en el aula, un paso importante hacia una sociedad más inclusiva. 

“También veíamos interesante que los propios alumnos y alumnas que iban a realizar las adaptaciones mobiliarias fueran conscientes de qué es la discapacidad motora y supieran que a través de sus adaptaciones estarían habilitando el entorno y fomentando la participación, con una primera toma de contacto en la que trabajamos la sensibilización”, recordaba Maddi Urra, fisioterapeuta del CREENA. 

Así, los jóvenes se pusieron en la piel de esas personas a la hora de realizar tareas cotidianas como escribir o caminar y descubrir algunas de los obstáculos con los que se encuentran. “Hicimos un cuestionario entre el alumnado y varios decían que sería interesante que visitaran el centro alumnado con diversidad funcional motriz para saber de primera mano su experiencia”, recordó.

Alumnado del centro mostró las instalaciones y el trabajo que realizan a la visita..

Visita de alumnado con diversidad funcional a l centro

Fue el pasado viernes, con la visita de siete jóvenes de seis centros de Navarra: Badriya, de Jesuitas de Tudela; Jia Qi y Naroa, del colegio Claret Larraona de Pamplona; Hiba de CI Burlada FP; Mikel, de Ibarberri eskola de Lekunberri; Ibai de Iñigo Aritza Ikastola de Altsasu, y Nicole , de Corazonistas de Altsasu, a quienes enseñaron los prototipos que han realizado y las instalaciones del instituto además de compartir experiencias y aprender a derribar barreras. 

“Este tipo de iniciativas crean puentes para compartir vivencias y necesidades a través del aprendizaje compartido. Tanto para el alumnado y profesorado del centro, como para todas las personas que asistimos, ha sido una experiencia para repetir. Además de generar las adaptaciones mobiliarias, la idea es crear una carpeta de recursos para que este proyecto sea sistematizado y poder transferirlo a otros centros”, destacó Urra, al tiempo que recordó una frase de Patterson, “la inclusión es una forma de vida, una manera de vivir juntos”.