El arroz, el alimento más universal, volvió ayer a ser la excusa para favorecer el encuentro entre diferentes culturas que conviven en Altsasu; una mañana para conocer a otras personas y sus costumbres a través de su comida en una cita que va más allá de lo gastronómico. Era la novena edición de Arroces del Mundo, con la participación de once grupos de Colombia, Sakana Harrera Harana, Zelandi, IES Altsasu, Sahara, Marruecos, Venezuela, Perú, Nicaragua, Siria y Rumanía.

“Ha salido todo muy bien, con mucho ambiente a lo largo de la mañana”, contaba Bego Cestau, técnica del servicio Anitzartean de la Mancomunidad de Sakana, que organiza esta cita en colaboración con la Mancomunidad de Servicios Sociales y Sakana Harrera Harana. Para algunas personas también fue un día para volver a cocinar platos de su país y degustar sabores de su tierra. “Hay cuatro grupos que viven en el albergue y allí no se puede cocinar”, apuntó.

Además, la meteorología se unió a esta fiesta de la interculturalidad. Los preparativos comenzaron a las 10.00 horas, anunciados por los gaiteros de Altsasu, en la explanada de Iortia. Una vez preparados los platos llegó el momento de la degustación, previa compra de un plato y un tenedor al precio de un euro con el fin de generar menos residuos. Con esta cita arrancó el ciclo Ongi etorri de de bienvenida a personas migradas y refugiadas.