En las pasadas Ferias de octubre de Tafalla, la tienda Awaara se convirtió en un punto de encuentro para el talento local. Su fundadora, Ángela Guillén, organizó El Sarao, un pequeño market en el que cedió su espacio a varias emprendedoras de la zona para que pudieran mostrar y vender sus productos durante el fin de semana. La iniciativa, nacida de forma casi espontánea, resultó ser un éxito: el público respondió, las creadoras encontraron un lugar accesible para darse a conocer y el ambiente que se generó dentro de Awaara confirmó que el modelo funcionaba. Tanto, que Ángela ya adelanta su intención de repetirlo de cara a Navidad y, previsiblemente, en las Ferias de febrero.
Awaara abrió sus puertas hace un año, pero su historia se remonta mucho más atrás. Ángela Guillén, tafallesa y diseñadora de interiores, trabajó durante años en una tienda de mobiliario en Madrid donde no solo creció profesionalmente, sino que descubrió un tipo de producto que conectaba con su manera de entender el interiorismo: piezas únicas, con historia y personalidad. A su regreso a Tafalla en 2019 puso en marcha su estudio de diseño de interiores y una empresa de reformas. Sin embargo, la idea de ofrecer también mobiliario distinto al habitual seguía rondando. Fue entonces cuando su antigua jefa en Madrid la animó a dar el paso y abrir un espacio similar en su localidad natal.
El resultado fue Awaara: una tienda que combina muebles y objetos decorativos únicos procedentes de distintas partes del mundo —India, China, México, Perú…— con su experiencia en diseño y su gusto por la artesanía. Awaara inició su andadura en un local más pequeño y, con el paso de los meses, se trasladó a su ubicación actual, en la calle Escuelas Pías. El público responde con especial interés a los textiles, lámparas y pequeños objetos decorativos.
El estilo que propone el emprendimiento se aleja deliberadamente del interiorismo gris y beige que, según Ángela, se ha impuesto en los últimos años. Considera que muchas viviendas han perdido su singularidad debido al auge del low cost y la globalización estética. “Todas las casas terminan siendo iguales”, afirma. No obstante, Ángela asegura que no es necesario llenar una casa únicamente con mobiliario artesanal, sino que basta con incorporar dos o tres elementos únicos para transformar por completo un espacio. Lo importante, sostiene, es aportar carácter.
Espacio en movimiento
El nombre Awaara, que en hindi significa algo cercano a nómada o espíritu libre, resume el alma de la tienda, donde cada mueble y cada objeto tienen su propia historia de viaje. Y es que más allá de un establecimiento de mobiliario y decoración, Awaara también es un espacio de aprender, descubrir y ofrecer al público experiencias que aporten valor a través de los talleres que alberga en el local. A lo largo de este año se han realizado talleres de todo tipo: estilismo y moda, lettering, maquillaje, autocuidado, nutrición… Los últimos han sido hace apenas unos días: el viernes 14 y sábado 15 de noviembre acogió dos talleres —uno de estilismo y otro de bordado japonés—, y la programación continuará el 12 de diciembre con un taller sobre cómo los colores pueden mejorar el hogar, y el 19 de diciembre con una cata que unirá vinos navarros, sabores del mundo y muebles exóticos. “Está claro que Awara no es solo una tienda, sino un espacio en el que pasan cosas”, bromea Ángela.
El market organizado en Ferias es uno de los hitos de este primer año. Guillén detectó que muchas emprendedoras de la zona no encontraban un lugar accesible donde exponer sus productos, y decidió abrirles las puertas de su tienda para ofrecerles esa oportunidad. Participaron perfiles diversos: Amaia Artieda con su nueva línea de chaquetas estilo bomber; Natalia, de Honu Kids, ofreció artículos de madera hechos a mano para los más txikis; Belén Aguirre, de la tienda Una cosa es una cosa, trasladó su ropa vintage hasta Tafalla; y Judith y Gemma, de Urdinarte expusieron sus piezas de bisutería artesanal.
Invitación a entrar
Awaara no quiere ser un comercio local al que se entra solo si se busca algo concreto. Por ello Ángela insiste una y otra vez en desterrar ese miedo o pudor que a veces impide cruzar la puerta de los negocios locales. Ella propone lo contrario: que el suyo sea un espacio donde disfrutar del ambiente, detenerse un momento y dejarse inspirar. “Puedes venir sin intención de comprar; si necesitas algo nos lo pides, si no, perfecto. Esto lo he creado como un espacio de disfrute, de que cuando sales de trabajar en vez de ir a echar un café, pídelo para llevar. Puedes venir un rato a ver cosas bonitas”.
Awaara cuenta con página web y venta online —awaara.es—, y mantiene una actividad constante en Instagram (@awaarabyangelaguillen), donde comparte novedades, talleres y piezas recién llegadas.